Vecinos de Vinaròs retienen durante horas a concejales de izquierdas

El alcalde de Vinaròs, el socialista Ramón Bofill, los siete concejales de su grupo y el concejal de la coalición Izquierda Unida-Unitat del Poble Valenciá (IU-UPV), tuvieron que permanecer el pasado miércoles por la noche más de tres horas en el interior del Ayuntamiento de esa localidad para evitar ser agredidos por medio millar de vecinos que rodeaban el edificio. Los vecinos se oponían a la recalificación de suelo industrial a residencial en una zona del casco urbano, de unos 12.000 metros cuadrados, donde se agrupan varias empresas. Esta medida está prevista en el nuevo Plan General U...

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El alcalde de Vinaròs, el socialista Ramón Bofill, los siete concejales de su grupo y el concejal de la coalición Izquierda Unida-Unitat del Poble Valenciá (IU-UPV), tuvieron que permanecer el pasado miércoles por la noche más de tres horas en el interior del Ayuntamiento de esa localidad para evitar ser agredidos por medio millar de vecinos que rodeaban el edificio. Los vecinos se oponían a la recalificación de suelo industrial a residencial en una zona del casco urbano, de unos 12.000 metros cuadrados, donde se agrupan varias empresas. Esta medida está prevista en el nuevo Plan General Urbano, que fue aprobado provisionalmente en el pleno municipal celebrado el día 5 de agosto pasado. Los vecinos temen la desaparición de los puestos de trabajo que proporcionan las empresas instaladas en la zona.En el pleno celebrado el miércoles se discutió una moción en contra de esta medida presentada por los seis concejales de Alianza Popular (AP) y los dos del Centro Democrático y Social (CDS). La moción fue rechazada por los votos del PSOE y de IU-UPV. El desarrollo del pleno fue tenso, ya que la sesión fue seguida por gran cantidad de vecinos y trabajadores que de forma airada mostraron sus discrepancias a los concejales de izquierda.

Una vez finalizado el pleno, hacia las 23 horas, alrededor de 500 vecinos se concentraron en la puerta del ayuntamiento y lanzaron diversos objetos contras las dependencias municipales, como tomates, huevos e incluso piedras que ocasionaron la rotura de algunos cristales. Ante esta situación el alcalde: y el resto de miembros de la corporación que habían votado a favor decidieron no salir del Ayuntamiento, "con el propósito de no excitar los ánimos de las personas concentradas", en palabras de Bofill, quien añadió: "No se puede decir que estuvimos reunidos, sino que consideramos más prudente no salir y esperar a que la gente se marchase". El alcalde indicó que la concentración de vecinos se disolvió hacia las dos de la madrugada sin que se produjese ningún altercado público. "La prueba está en que ni tan siquiera tuvimos que llamar a las fuerzas de la Guardia Civil", señaló.

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