El PSOE centrará su estrategia en la lucha contra la economía dual

La contradicción principal que padecen las sociedades occidentales, entre ellas España, es la existencia de una economía dual que margina a sectores crecientes de la población. La lucha contra la marginalidad de estas capas sociales centrará la estrategia del PSOE en las próximas décadas. Ésta es la principal conclusión que se puede extraer de la primera jornada del seminario sobre Crisis y transformaciones económicas en la España de finales del siglo XX, que se celebra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.Este seminario, dirigido por Manuel Castell y Manuel Escu...

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La contradicción principal que padecen las sociedades occidentales, entre ellas España, es la existencia de una economía dual que margina a sectores crecientes de la población. La lucha contra la marginalidad de estas capas sociales centrará la estrategia del PSOE en las próximas décadas. Ésta es la principal conclusión que se puede extraer de la primera jornada del seminario sobre Crisis y transformaciones económicas en la España de finales del siglo XX, que se celebra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.Este seminario, dirigido por Manuel Castell y Manuel Escudero, se puede considerar un ensayo general de las jornadas sobre Nuevos horizontes teóricos para el socialismo, que se celebrarán en Jávea el próximo fin de semana. Ambos actos destilarán los documentos básicos sobre los que se discuta en el 29º Congreso del PSOE, previsto para enero de 1988.

Los cuatro parcipantes en la jornada de ayer, el ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero; el secretario de Estado de Hacienda, José Borrell; el catedrático de Sociología Luis Rodríguez Zúñiga, y la vicepresidenta de la Internacional Socialista de la Mujer, Matilde Fernández, pusieron especial enfásis en destacar la existencia de una economía dual que margina a sectores importantes de la población. Los cuatro tuvieron cuidado en distinguir entre el análisis teórico y lo que está ocurriendo en estos momentos en el mundo de la política, en el que se discute el marco presupuestario para el próximo ejercicio y un eventual pacto social.

El concepto más polémico fue formulado por Borrell, quien se refirió al "oligopolio social" como aquel conjunto de esfuerzos o instituciones con capacidad de organizarse y de presionar. Frente a este oligopolio se encuentran todos aquellos que, desde la marginalidad, no se estructuran y tienden a constituirse en el estrato de los desheredados de los beneficios del sistema. Borrel señaló que es labor del socíalísmo atender a los que no tienen capacidad de reclamar las prestaciones sociales mínimas para sobrevivir.

Borrel dinamitó buena parte de los dogmas fiscales de la izquierda.

Borrel afirmó que todavía existe un margen de cinco puntos para que la presión fiscal global siga creciendo para acercar a España a los países con un Estado de bienestar consolidado. Sin embargo, esta presión global no conlleva el incremento de la presión fiscal individual. "Cualquier política redistributiva que mate las posibilidades de crecimiento es injusta", agregó.

Otra de las constantes de la jornada fue el pesimismo ante la posibilidad de volver a situaciones de pleno empleo. Las transformaciones tecnológicas parecen llevar a un crecimiento del paro que agudizará las diferencias entre los que poseen un puesto de trabajo y quienes no lo tengan. Este pesimismo no fue compartido por Manuel Escudero, quien afirmó que debía entrar dentro de una estrategia socialista la probabilidad de disminución creciente del paro en un escenario de crecimiento sostenido de las economías.

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Virgilio Zapatero, uno de los tradicionales teóricos españoles del Estado de bienestar, fue tajante en la diferenciación del sector público y el Estado. Un sector público que ha pasado desde 1975 de representar un 25% de la actividad a un 42%. Según Zapatero, "el socialismo no debe unir más su suerte al estatismo. Las instituciones sociales no gubernamentales deben cumplir un nuevo papel junto al sector público y al privado en la política social". Zapatero indicó: "Los límites económicos no son un motivo para poner entre paréntesis la política social, no pueden hacernos desistir del objetivo irrenunciable de garantizar a todos los ciudadanos ciertas necesidades básicas".

Matilde Fernández apostó por la necesidad de la concertación y de la solidaridad como herramientas para romper con la marginación de la mujer.

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