Udo Lindenberg

El rockero alemán occidental logró su deseo de hablar con Honecker

, Es niño terrible de la música rock alemana. desde hace lustros lidera lo que él llama "el frente contra el cretinismo trovador y la mafia de la canción". Udo Lindenberg siempre fue un cantante político. Lo es aún más desde que descubrió su ya célebre pasión por cantarle a Honey, al jefe del Estado de la República Democrática Alemana (RDA) , Erich Honecker. El miércoles, tras largos años de espera, Lindenberg se vio finalmente con Honecker durante la visita a éste a la República Federal de Alemania (RFA).

Las dificultades para este encuentro habían sido numerosas y sólo comparables con...

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, Es niño terrible de la música rock alemana. desde hace lustros lidera lo que él llama "el frente contra el cretinismo trovador y la mafia de la canción". Udo Lindenberg siempre fue un cantante político. Lo es aún más desde que descubrió su ya célebre pasión por cantarle a Honey, al jefe del Estado de la República Democrática Alemana (RDA) , Erich Honecker. El miércoles, tras largos años de espera, Lindenberg se vio finalmente con Honecker durante la visita a éste a la República Federal de Alemania (RFA).

Las dificultades para este encuentro habían sido numerosas y sólo comparables con las que ha tenido Lindenberg para celebrar conciertos en la RDA. Los responsables del protocolo de Honecker temían, con razón, que algún pronto de este músico imprevisible pudiera poner en aprietos al indiscutido líder de la RDA. De hecho, Lindenberg lleva años dedicando canciones a Honecker que, por irreverentes, no entusiasman a la corte de sesudos funcionarios del. partido en la RDA. Y tienen muchísimo éxito entre la población.Para agravar aún más las cosas, Lindenberg es militante del movimiento pacifista, critica los abusos de¡ poder y del dinero en los países capitalistas y se declaró siempre de izquierdas. Mal se le puede acusar de ser un sicario de la derecha irredenta.

Nacido en 1946 en Grunau, en Renania Westfalia, Lindenberg comenzó a los 11 años a tocar la batería y la guitarra. Tras algunos cursos de música en Muenster, que abandonó aburrido, se dedicó a tocar con grupos de jazz. Después de formar grupos de vida eflimera, crea la Panik Orchester, con la que consigue sus primeros exitos. Con canciones propias, Lindenberg se convierte en el máximo representante de un rock político que describe miserias y alegrías de los jóvenes de las ciudades industriales de la RFA.

Desde entonces el rockero intentó tocar en la RDA, pero todas sus solicitudes fueron rechazadas. Así, en 1983, lo intentó de otra forma y compuso una canción, El tren especial a Pankow, en la que pide a Honey (Honecker) que le deje tocar allí. Venía a decir en ella que "Honey, yo ya sé que tú eres muy marchoso y que hay en ti un auténtico rockero, que te gusta ponerte la chaqueta de cuero y te encierras en los retretes para oír la radio occidental". La canción tuvo un éxito impresionante en la RDA, aunque ni emisoras de radio ni discotecas osaban ponerla. La juventud grabó la canción en emisoras occidentales y pronto hasta los niños la tarareaban por la calle. Pero Udo seguía sin poder dar un concierto en Berlín Este.

Lindenberg insístía. Mandó una carta a Honecker que encabezaba con un "Hola, Honey", y decía tuteándole: "Muestra una vez tu parte más humana y marchosilla, muestra tu humor y soberanía y déjame tocar allí con mis amigos". Y finalmente tocó. Dada su popularidad, las juventudes comunistas organizaron un concierto en el palacio de la República, y la sede del Parlamento popular de Berlín Este se venía abajo de entusiasmo.

El pasado año, Lindenberg le mandó una chaqueta de cuero a Honey; éste, agradecido, le envió una especie de dulzaina. El miércoles, Udo le regaló una guitarra eléctrica con el lema "más guitarras y menos pistolones". Erich Honecker agradeció el regalo, se mostró de acuerdo con el lema y le sugirió que "las juventudes comunistas organizarán un concierto". Y Lindenberg, que ya se da por invitado, ha propuesto que Honey vaya con la guitarra, él con la dulzaina que le regaló y "el canciller Helmut Kohl con un arpa; sería un trío divino".

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