Intensa búsqueda en Las Palmas de cinco niños desaparecidos desde el pasado sábado

En el barrio del Polvorín, de Las Palmas (el cinturón marginal de la ciudad), se teme desde el mediodía del pasado sábado por las vidas de cinco menores, de edades comprendidas entre los 11 y los 14 años, que han desaparecido de sus domicilios en circunstancias poco claras. La aventura veraniega de cinco niños que compraron velas en una tienda de ultramarinos y se fueron sin dejar rastro tiene a la población, al vecindario y a cuatro familias -dos de los desaparecidos son hermanos- sumidas en la angustia.

Aunque algunos apuntaban la posibilidad de que los pequeños Alejandro Calimar...

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En el barrio del Polvorín, de Las Palmas (el cinturón marginal de la ciudad), se teme desde el mediodía del pasado sábado por las vidas de cinco menores, de edades comprendidas entre los 11 y los 14 años, que han desaparecido de sus domicilios en circunstancias poco claras. La aventura veraniega de cinco niños que compraron velas en una tienda de ultramarinos y se fueron sin dejar rastro tiene a la población, al vecindario y a cuatro familias -dos de los desaparecidos son hermanos- sumidas en la angustia.

Aunque algunos apuntaban la posibilidad de que los pequeños Alejandro Calimaro, de 14 años; Antonio Pérez, de 13; Alberto González, también de 13; y los hermanos Carmelo y Domingo Hernández, de 10 y 9 años, respectivamente, hubiesen intentado repetir la excursión que sus familiares hicieran, semanas atrás, al litoral noreste de la isla, la hipótesis más fiable apunta la posibilidad de que los niños se hubiesen internado en una cueva conocida como Pam Pam y que se encuentra en la bajada del barrio de San Antonio (una barriada que está asentada en la ladera).

Esta hipótesis está avalada por las declaraciones de un comerciante que vendió dos velas a los muchachos y que asegura haber creído escucharles que eran "para ir a la cueva".

El servicio de espeleología de Protección Civil inspeccionó estos sin éxito alguno y continuó ayer, lunes, rastreando otras cuevas: las del Polvorín y Paseo de Chil. Algunas de las grutas tienen hasta ocho kilómetros de extensión y frecuentes bifurcaciones "y si no se ponen marcas en el camino es fácil perderse", explicaron fuentes de Protección Civil, que ayer continuaban la búsqueda, sin éxito.

La intensa búsqueda, que fue iniciada por los propios parientes de los extraviados, continúa; prácticamente ha sido peinada toda la ciudad. Miembros del Cuerpo Nacional de Policía manifestaban ayer que "no se sabe absolutamente nada". Tanto estos agentes como los de la Policía Municipal, así como la Guardia Civil, y miembros de Protección Civil, han ido estos días siguiendo pistas que han resultalo infructuosas.

Los pequeños, en el momento de desaparecer, no llevaban más indumentaria que la puesta y tan sólo 400 pesetas, que no les permitirían ir muy lejos.

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