5.000 millones de personas

Si damos crédito al Fondo de las Naciones Unidas para la Población, el planeta cuenta desde ahora con 5.000 millones de personas. El actual crecimiento no es exponencial, sino que oculta una disminución que ya comenzó con fuerza en los últimos decenios.Este freno es consecuencia de la evolución económica y social, así como de la toma de conciencia por parte de muchos países del Tercer Mundo que, de manera cada vez más abierta y con éxito, llevan a cabo políticas autoritarias de control de la natalidad, como en China, o que desalientan el crecimiento demográfico.

Gobiernos, empresarios y...

Si damos crédito al Fondo de las Naciones Unidas para la Población, el planeta cuenta desde ahora con 5.000 millones de personas. El actual crecimiento no es exponencial, sino que oculta una disminución que ya comenzó con fuerza en los últimos decenios.Este freno es consecuencia de la evolución económica y social, así como de la toma de conciencia por parte de muchos países del Tercer Mundo que, de manera cada vez más abierta y con éxito, llevan a cabo políticas autoritarias de control de la natalidad, como en China, o que desalientan el crecimiento demográfico.

Gobiernos, empresarios y ciudadanos de los actuales países desarrollados tienen que acostumbrarse a vivir en un mundo multipolar, donde Europa, EE UU y la URS S dejarán de tomar iniciativas por sí solos.

Esta transición económica será laboriosa: los nuevos productores tardarán en llegar a ser consumidores. Todavía no han adquirido una estabilidad política -como lo demuestran las actuales convulsiones de Corea del Sur y Filipinas- y las crisis agrícolas tardarán en ser controladas.

Pero ello no debe atemorizar ni dar lugar a crispaciones nacionalistas o a especulaciones fáciles sobre el declive de Europa. Envejecida y con una competencia enfrente, Europa todavía no ha muerto, aunque haya perdido la delantera.

11 de julio