Tribuna:

Los industriales trabajan sin red

La escalada que vienen registrando los precios de las acciones está dando lugar a una situación, no por más conocida menos paradójica, en la que al consolidarse el nivel de las cotizaciones se producen simultáneamente nuevas entradas de dinero y realizaciones de beneficios. El grado de confianza de los inversores en una nueva subida del mercado va aumentando a medida que se producen nuevas alzas, al tiempo que un potencial vendedor que ha dado grandes muestras de paciencia está encontrando los alicientes que antes le faltaron. Por el momento, es el dinero el que consigue imponerse, aunque algu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La escalada que vienen registrando los precios de las acciones está dando lugar a una situación, no por más conocida menos paradójica, en la que al consolidarse el nivel de las cotizaciones se producen simultáneamente nuevas entradas de dinero y realizaciones de beneficios. El grado de confianza de los inversores en una nueva subida del mercado va aumentando a medida que se producen nuevas alzas, al tiempo que un potencial vendedor que ha dado grandes muestras de paciencia está encontrando los alicientes que antes le faltaron. Por el momento, es el dinero el que consigue imponerse, aunque algunos percances -como el del sector bancario de ayer- eviten disfrutar de un panorama completamente libre de obstáculos.Tras una sesión en la que los compradores impusieron sus criterios con cierta facilidad, llegó la ducha de agua fría, primero a cargo de Telefónica, con bastantes dudas ante el próximo descuento de cupón y, después, debido a los bancos que se vieron presionados por un papel que no parecía- moverse por los cauces habituales, a juzgar por los resultados obtenidos. Las repeticiones fueron la respuesta más a mano que encontraron estos -valores, aunque también se dieron dos bajas importantes, la del Hispano, de 16 enteros, y la del Santander, de 33.

Un mercado interbancario con los tipos al alza podría aportar una explicación fácil a estas irregularidades de las bolsas, pero todos los argumentos que se vienen manejando son internos y, por tanto, difícilmente se dejarían influir por una situación prácticamente estable en el exterior. Poco más de nueve puntos separan al índice madrileño de su anterior -máximo, anual, en un momento en que se va a plantear un importante test a cargo de los dividendos a descontar y del recurso al mercado por parte de numerosas sociedades.

Archivado En