Tribuna:

El índice oculta una buena sesión

La evolución de los índices generales de los tres mercados de valores que ayer celebraron sesión es una simple apariencia tras la que se esconde una de las jornadas más interesantes de los últimos meses. Papel y dinero han librado un encuentro importante en el que los avances y los descalabros han alcanzado cotas máximas, con el resultado final de un equilibrio más aparente que real. Poco parecía importar que el mercado interbancario estuviera registrando a lo largo de la mañana subidas en los tipos de interés de las operaciones a corto plazo, pues las propias vicisitudes del parqué atraían to...

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La evolución de los índices generales de los tres mercados de valores que ayer celebraron sesión es una simple apariencia tras la que se esconde una de las jornadas más interesantes de los últimos meses. Papel y dinero han librado un encuentro importante en el que los avances y los descalabros han alcanzado cotas máximas, con el resultado final de un equilibrio más aparente que real. Poco parecía importar que el mercado interbancario estuviera registrando a lo largo de la mañana subidas en los tipos de interés de las operaciones a corto plazo, pues las propias vicisitudes del parqué atraían toda la atención de los inversores. Ya el sector eléctrico marcó la pauta a seguir, con comportamientos irregulares que, dentro de sus posibilidades, iban, a prodigarse en otros sectores.La corriente de papel que ya se manifestó el martes se mantuvo en términos similares, al menos en los casos en los que hay dinero se mostraba dispuesto a absorber las partidas vendedoras, lo que dio paso a un proceso de selección en el que ponderaban por igual factores como el precio, las plusvalías acumuladas o las expectativas sectoriales y particulares. Dentro de cada sector se dio una buena serie de altibajos que compusieron el abigarrado conjunto que trataban de ocultar los índices generales.

La previsible baja en el precio del dinero, el crecimiento económico que se augura para los próximos años y los beneficios acumulados eran algunos de los argumentos que se esgrimían a posteriori para tratar de justificar los movimientos de oferta y demanda, al tiempo que la mayoría de los esfuerzos se centraba en tratar de descubrir la posición preponderante al cierre. Ya que las cotizaciones apenas ofrecían posibilidades, fue necesario recurrir al ambiente, y en este caso se imponía con cierta claridad la capacidad de absorción demostrada durante toda la sesión sobre el potencial vendedor.

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