Sanción a dos enfermeros de una clínica mental por malos tratos sexuales a los internos

Dos funcionarios de la Diputación de Barcelona, Rafael Melendo Pacheco y José Ballester Gutiérrez, han sido suspendidos de empleo y sueldo por nueve y seis años, respectivamente, por obligar a los pacientes de la Clínica Mental de Santa Coloma de Gramenet donde trabajaban a cometer abusos sexuales.

El presidente de la Diputación de Barcelona, Antoni Dalmau, ha decretado esta sanción por considerar probado que ambos incitaron, y en algunos casos obligaron, a mantener relaciones homosexuales a enfermos internados en el pabellón de la Inmaculada de dicho centro. Un ex funcionario inter...

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Dos funcionarios de la Diputación de Barcelona, Rafael Melendo Pacheco y José Ballester Gutiérrez, han sido suspendidos de empleo y sueldo por nueve y seis años, respectivamente, por obligar a los pacientes de la Clínica Mental de Santa Coloma de Gramenet donde trabajaban a cometer abusos sexuales.

El presidente de la Diputación de Barcelona, Antoni Dalmau, ha decretado esta sanción por considerar probado que ambos incitaron, y en algunos casos obligaron, a mantener relaciones homosexuales a enfermos internados en el pabellón de la Inmaculada de dicho centro. Un ex funcionario interino, Fernando Cobano Escobar, que participó en los mismos hechos, no ha sido sancionado por haber pasado a trabajar para la Diputación durante el período de instrucción del expediente disciplinario abierto el pasado 14 de octubre de 1986.Dalmau decretó la apertura del expediente al tener conocimiento de una serie de indicios sobre presuntos malos tratos físicos y sexuales que se infligían a los enfermos del pabellón de la Inmaculada, donde hay internados 65 pacientes crónicos.

Rafael Melendo ha sido sancionado con tres años por obligar a dos enfermos del mencionado pabellón a mantener relaciones sexuales entre ellos, y con otros tres años -al igual que su compañero José Ballester- por forzar a un interno a hacerle una felación a otro enfermo. Melendo y Ballester han sido sancionados además con otros tres años por impulsar a los enfermos, bajo amenzas, a pegarse entre sí.

El decreto del presidente de la Diputación barcelonesa añade otros tres meses de suspensión a ambos por haber fumado "algún tipo de droga" durante el servicio. Por su parte, Ballester ha sido suspendido por un mes suplementario por haber arrojado petardos en el pabellón de la Inmaculada, "causando la consiguiente alarma e inquietud entre los enfermos".

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