Privatización a la francesa

De todas las privatizaciones en curso, la de Havas tendría que ser la que menos objeciones levantara. Técnicamente, la mayoría de sus acciones está ya repartida entre el público.¿Cómo no sentirse satisfecho de que el Estado abandone la tutela de un grupo importante de comunicación? O quizá es precisamente este motivo lo que pone en evidencia con más nitidez el vicio fundamental de las privatizaciones llevadas a cabo desde hace un año: la práctica sistemática de regalar a los amigos, en otras palabras, a este núcleo de accionistas estables a los que Balladur concede de forma arbit...

De todas las privatizaciones en curso, la de Havas tendría que ser la que menos objeciones levantara. Técnicamente, la mayoría de sus acciones está ya repartida entre el público.¿Cómo no sentirse satisfecho de que el Estado abandone la tutela de un grupo importante de comunicación? O quizá es precisamente este motivo lo que pone en evidencia con más nitidez el vicio fundamental de las privatizaciones llevadas a cabo desde hace un año: la práctica sistemática de regalar a los amigos, en otras palabras, a este núcleo de accionistas estables a los que Balladur concede de forma arbitraria una parte del capital lo suficientemente significativa como para seguir controlando las firmas interesadas.

El asunto es tanto más flagrante en el caso de Havas, ya que el Estado ha destinado un 20% del capital a sus araigos y sólo un 18% se venderá al público.

El Gobierno intenta ocultar que ha hecho de Jérôme Monod, dinámico director de la Lyormaise de Eaux, antiguo secretario general de RPR y fiel de Jacques Chirac, el hombre fuerte de Havas, próximamente privatizada. Esta actuación se suma a la lista de los afortunados elegidos anteriormente en las privatizaciones de Saint-Gobain, Paribas, CCF, y, no lo dudemos, pronto de la Société Générale. No se trata de enfrentar al Gobierno con sus principios. La cuestión es ante todo moral.

25 de mayo