Cartas al director

El Sindicato de Estudiantes

En mi doble calidad de jurista amante de la claridad y de ex jefe del servicio de libertad sindical de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), me ha causado estupor la constitución del pretendido Sindicato de Estudiantes.En efecto, como es bien sabido, únicamente los trabajadores pueden constituir sindicatos. En España, para evitar cualquier equívoco, ya en su primer artículo, la ley orgánica de Libertad Sindical, al conceder a los trabajadores el derecho de sindicarse, precisa que únicamente son trabajadores a esos efectos "los que sean sujetos de una relación laboral o de una relación de...

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En mi doble calidad de jurista amante de la claridad y de ex jefe del servicio de libertad sindical de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), me ha causado estupor la constitución del pretendido Sindicato de Estudiantes.En efecto, como es bien sabido, únicamente los trabajadores pueden constituir sindicatos. En España, para evitar cualquier equívoco, ya en su primer artículo, la ley orgánica de Libertad Sindical, al conceder a los trabajadores el derecho de sindicarse, precisa que únicamente son trabajadores a esos efectos "los que sean sujetos de una relación laboral o de una relación de carácter administrativo al servicio de las administraciones públicas". Ésa es también la letra y el espíritu del convenío internacional de la OIT sobre la libertad sindical, que fue ratificado por España poco después de la muerte de Franco. Quedé aún más perplejo al enterarme de que un verdadero dirigente sindical como Marcelino Camacho -que sabe muy bien lo que es un sindicato- estuviera presente y alentara la creación de tal sindicato.

La apropiación del término sindicato por una agrupación estudiantil no puede menos que suscitar confusiones y evocar la existencia del mal llamado Sindicato Español Universitario (SEU) durante la dictadura franquista, que lógicamente desapareció tan pronto como se instauró en España la democracia.- Manuel Araoz.

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