Cartas al director

Detectores de metales

En uno de los últimos números de EL PAIS he leído -y me ha dado un vuelco el corazón- un desagradable anuncio, hasta la fecha inaudito en su publicación, por medio del cual se nos trata de vender un artilugio especialmente fabricado para esquilmar nuestro patrimonio arqueológico, latente en el subsuelo desde hace centenares de años o incluso millares -en algunos casos- y que, debido a la proliferación de tales aparatos, llamados detectores de metales, pueden irse al traste muchos yacimientos que un día cualquiera nuestros arqueólogos intentarán iniciar con métodos precisos e inte...

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En uno de los últimos números de EL PAIS he leído -y me ha dado un vuelco el corazón- un desagradable anuncio, hasta la fecha inaudito en su publicación, por medio del cual se nos trata de vender un artilugio especialmente fabricado para esquilmar nuestro patrimonio arqueológico, latente en el subsuelo desde hace centenares de años o incluso millares -en algunos casos- y que, debido a la proliferación de tales aparatos, llamados detectores de metales, pueden irse al traste muchos yacimientos que un día cualquiera nuestros arqueólogos intentarán iniciar con métodos precisos e inteligentes. Estos aparatos en manos de desaprensivos sólo son perjudiciales.Malo es que nuestra Administración no quiera regular este tema debidamente, pero peor es que una publicación como la que usted dirige caiga en la trampa de anunciar tales peligros. Me consta que el periódico EL PAIS es muy respetuoso con todo lo que entraña cultura, y que los lectores estamos vacunados para evitar caer en este tipo de desaguisados, pero, no obstante, le diré que es un anuncio ¡muy feo!-

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