"Me salvó la vida"

Desde hacía varios minutos, Ángel Díez estaba discutiendo con el guardia civil Antonio González Herrera para que le dejara pasar. Quería entregar unos paquetes en una empresa del muelle, pero el guardia le negaba la entrada porque sus papeles no estaban en regla. La discusión se zanjó por el ruido de una fuerte explosión al tiempo que la metralla se incrustaba en el cuerpo del agente. "Él me salvo la vida", afirmaba poco después Ángel Diez, conductor de la empresa de Servicios Urgentes (Seur). El lateral de su furgoneta quedó agujereado por los impactos de la metralla, con la excepción de la p...

Desde hacía varios minutos, Ángel Díez estaba discutiendo con el guardia civil Antonio González Herrera para que le dejara pasar. Quería entregar unos paquetes en una empresa del muelle, pero el guardia le negaba la entrada porque sus papeles no estaban en regla. La discusión se zanjó por el ruido de una fuerte explosión al tiempo que la metralla se incrustaba en el cuerpo del agente. "Él me salvo la vida", afirmaba poco después Ángel Diez, conductor de la empresa de Servicios Urgentes (Seur). El lateral de su furgoneta quedó agujereado por los impactos de la metralla, con la excepción de la puerta del conductor. El cuerpo de Antonio Gnzález Herrera, de 26 años de edad, hijo de un guardia civil que custodia la casa del gobernador de Barcelona, había actuado de parapeto.Francisco Serrano, trabajador del Servicio de Correos en I'Hospitalet, iba hacia la zona del Poblenou a encontrarse con su mujer. Serrano inició una maniobra de adelantamiento con su vehículo, un Ford Fiesta, a un camión trailer alemán, conducido por Eckhard Henschke. El camión, cargado de grandes rollos de tela de saco, había salido escasos momentos antes del muelle España y se dirigía hacia Alicante. El camión de Henschke empezó a arder a consecuencia de la explosión, pero impidió que fueran alcanzados por la explosión el coche de Francisco Serrano y otros vehículos.