Cartas al director

'Apaches' y chimpancés

El viernes 12 de diciembre Julia Varela escribía en este diario un un artículo sobre los apaches, los movimientos de los jóvenes estudiantes. El comportamiento rebelde es consustancial en el adolescente, en el joven; sobre todo si éste se asocia, se reconoce en otros y se siente fuerte en el grupo. Así, los movimientos estudiantiles, más de una vez, han hecho tambalearse los pilares de la sociedad establecida. Además, nuestros apaches de las reservas de Sevilla, Madrid, Alicante, Gijón, Barcelona, etcétera, enseñanza media, enseñanza superior, tienen razón en sus reivindic...

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El viernes 12 de diciembre Julia Varela escribía en este diario un un artículo sobre los apaches, los movimientos de los jóvenes estudiantes. El comportamiento rebelde es consustancial en el adolescente, en el joven; sobre todo si éste se asocia, se reconoce en otros y se siente fuerte en el grupo. Así, los movimientos estudiantiles, más de una vez, han hecho tambalearse los pilares de la sociedad establecida. Además, nuestros apaches de las reservas de Sevilla, Madrid, Alicante, Gijón, Barcelona, etcétera, enseñanza media, enseñanza superior, tienen razón en sus reivindicaciones, según apunta en su artículo Julia Varela: "Los programas recargados, la masificación, las continuas evaluaciones...". "Las demandas legítimas de una nueva generación, que tiene derecho a decidir sobre su presente y su futuro".Paremos un momento la reflexión y rebobinemos: 10 años, 20 años. Vamos al encuentro de generaciones anteriores a los que podríamos denominar, siguiendo el discurso de Julia Varela, como apaches padres, los cuales también se lanzaron al asfalto a hacer patente sus reivindicaciones -también justas-, corriendo, las más de las veces, delante de la caballería. Estos apaches padres, por ley natural, ocupan hoy la cúpula administrativa y académica. Sin embargo, y me centro ahora solamente en la Universidad, los medios son precarios; la masificación, respecto de los medios con que se disponen, inaguantable; las clases siguen siendo magistrales; todo es teórico, las prácticas apenas si existen; los tipos de exámenes y evaluaciones siguen fieles a los ejemplares modelos de antaño; en fin, un asco. Todo esto, a pesar de que aquellos que fueron apaches y que en su día pintaron su cara y desenterraron el hacha de guerra en pos de causas nobles, pasean (profesores, catedráticos y ministros del ramo) por los campus universitarios, por los recintos verjados de los institutos de enseñanza media.

El gran, el terrible problema empieza cuando los apaches se convierten en chimpancés.- José Antonio Martínez Lamoca. Licenciado en Historia Contemporánea. Alumno de la facultad de Ciencias de la Información (universidad Complutense de Madrid).

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