Siete tipos de timos

El de la influencia. El timador asegura tener mucha mano en el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo para conseguir una vivienda protegida. El listo acompaña al primo al ministerio a entregar la solicitud y luego le pedirá algo de dinero adelantado para ablandar a los funcionarios. Una de las víctimas llegó a entregar millón y medio de pesetas. Las influencias valen también para la concesión de becas de todo tipo y para eximir del servicio militar con cualquier excusa.El del antenista. Se dedican a estropear antenas para luego pasar a repararlas. Admite asimismo otras modalida...

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El de la influencia. El timador asegura tener mucha mano en el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo para conseguir una vivienda protegida. El listo acompaña al primo al ministerio a entregar la solicitud y luego le pedirá algo de dinero adelantado para ablandar a los funcionarios. Una de las víctimas llegó a entregar millón y medio de pesetas. Las influencias valen también para la concesión de becas de todo tipo y para eximir del servicio militar con cualquier excusa.El del antenista. Se dedican a estropear antenas para luego pasar a repararlas. Admite asimismo otras modalidades, como la de pinchar ruedas y destrozar parabrisas en un punto cercano a un taller, o los que se anuncian en la guía deteléfonos para reparar todo tipo de electrodómesticos como concesionarios oficiales de las principales y más prestigiosas marcas del mercado.

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El del intermediario matrimonial. Ofrecen la posibilidad de un ventajoso matrimonio con una huérfana millonaria o un viudo adinerado, que suelen conocer personalmente.

El del nazareno. Se dedican a comprar mercancía a crédito, para después revenderla a bajo precio y levantar el vuelo, sin dejar el menor rastro.

El jeque árabeSe hace pasar por pariente de un jeque millonario. Este tipo se hospeda en los mejores hoteles y compra a crédito joyas y objetos de valor, que después nunca acabará de pagar. El estafador utiliza también el disfraz de almirante de Marina.

El de la Seguridad Social. Falso inspector de la Seguridad Social que pretende cobrar deudas inexistentes. Admite la modalidad del empleado del banco que visita a los jubilados para anunciarles la retirada de billetes caducados que él puede cambiar.

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El policía ful. Se pueden convertir también en policías que retienen a la víctima en los lavabos de un bar bajo la acusación de abuso de menor o algún delito de poca monta pero vergonzante para el posible timado. Admiten el pago de una fianza para evitar que el asunto trascienda También pueden hacerse pasar por inspectores municipales que amenazan al propietario de un establecimiento comercial con clausurar el local por diversas irregularidades.

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