Cartas al director

Sonido del 'jazz'

Confirmando el comentario publicado el domingo 9 de noviembre en EL PAÍS sobre el frustrante concierto de Ray Charles, quiero hacer llegar mi protesta sobre la pésima organización del mismo. En primer lugar, las condiciones sonoras del Palacio de De portes fueron realmente desastrosas. Estoy seguro de que todos los allí presentes habríamos disfrutado muchísimo más del concierto si el volumen hubiese sido algo más alto. No se oyó casi nada, en contraste con lo que solía ocurrir allí mismo y en la mayoría de los locales dotados de amplificación, donde se oye demasiado fuerte. En segundo lug...

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Confirmando el comentario publicado el domingo 9 de noviembre en EL PAÍS sobre el frustrante concierto de Ray Charles, quiero hacer llegar mi protesta sobre la pésima organización del mismo. En primer lugar, las condiciones sonoras del Palacio de De portes fueron realmente desastrosas. Estoy seguro de que todos los allí presentes habríamos disfrutado muchísimo más del concierto si el volumen hubiese sido algo más alto. No se oyó casi nada, en contraste con lo que solía ocurrir allí mismo y en la mayoría de los locales dotados de amplificación, donde se oye demasiado fuerte. En segundo lugar, la espera a que se nos sometió de forma totalmente arbitraria, con la excusa de ganar tiempo para los fotógrafos, constituye un episodio típico de desprecio hacia el público.

Por último, mi disconformidad con la actitud del público, que, salvo aisladas protestas, se tragó todo lo que le echaron y que, según mi opinión, se encontraba con derecho a responder enérgicamente ante lo que supone una auténtica tomadura de pelo general.-

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