'¿A quién corresponde?'
Atendiendo al amable ofrecimiento que EL PAÍS del pasado viernes 17 hace en su editorial titulado ¿A quién corresponde.?, ofreciendo al lector el juicio sobre el artículo publicado en Abc el día anterior firmado por el general Cassinello, me atrevo a relatar la impresión que el citado artículo ha despertado en mi ánimo. La primera, de asombro ante las opiniones en él vertidas. ¿Cómo es posible que un señor jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil se atreva a menospreciar la maravillosa, desinteresada y abnegada labor de los periodistas? ¿No sabe lo que se juega en el juicio? La ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Atendiendo al amable ofrecimiento que EL PAÍS del pasado viernes 17 hace en su editorial titulado ¿A quién corresponde.?, ofreciendo al lector el juicio sobre el artículo publicado en Abc el día anterior firmado por el general Cassinello, me atrevo a relatar la impresión que el citado artículo ha despertado en mi ánimo. La primera, de asombro ante las opiniones en él vertidas. ¿Cómo es posible que un señor jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil se atreva a menospreciar la maravillosa, desinteresada y abnegada labor de los periodistas? ¿No sabe lo que se juega en el juicio? La demostración la tiene en que, al día siguiente de su publicación, EL PAÍS pedía su cabeza: "El Gobierno tiene la obligación de desautorizar -destituyéndole- las opiniones de este militar", y en la página 15 de ese mismo día se anunciaba con grandes titulares que "el general Cassinello, en su artículo, ataca a políticos, jueces y periodistas". Totalmente objetivo, como corresponde a ese periódico, porque por más que he releído el artículo del general no he encontrado que atacara a nadie más que a los periodistas, y, efectivamente, este alto cargo tenía la obligación de saber, si tiene ambiciones, que expresar una opinión negativa sobre un periodista equivale al suicidio profesional. No hemos tenido que esperar más que un día para confirmarlo. EL PAÍS, al día siguiente, comenta con una satisfacción rebosante que la destitución del jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil es una decisión que "honra al Gobierno y merece el aplauso". ¡Ya estál Ya sabemos los ciudadanos, cómo las gastan los periodistas. Nos toca aguantar sus intromisiones, aun-Pasa la página 12
'¿A quién corresponde?'
Viene de la página 11que nos queda el recurso de taparnos la cabeza con sus periódicos y observar impotentes cómo desafían todos los ] poderes amparándose en la libertad de expresión (la dulce Neus huyó de la justicia española acompañada de un grupo de periodistas que, evidentemente, no tenían otra intención que informar de tan interesante acción..., cuando se hubiese consumado).
Sé que esta impresión es compartida por la mayor parte de los ciudadanos, y me gustaría que al menos se expresara en cartas o telegramas de apoyo al general Cassinello. Yo le manifiesto mi admiración y respeto. Efectivamente, se quedó corto- Ana Lancho.