Cartas al director

Prado contaminado

La última vez que he visitado el Museo del Prado (27 de septiembre último), me impresionó muchísimo ver las ventanas abiertas a la calle de los salones de la pinacoteca española. He observado cuadros con los colores muy degradados por el aire contaminado de una gran ciudad. Pero lo peor de todo fue ver el único Mantegna (¿1431?-1506) que el Museo del Prado tiene, El tránsito de la Virgen -"admirable por la firme construcción y fuerza expresiva de las figuras y por el paisaje excepcional del fóndo" (según el profesor Sánchez Cantón)-; el sol dirigía sus rayos directamente, lo que se me f...

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La última vez que he visitado el Museo del Prado (27 de septiembre último), me impresionó muchísimo ver las ventanas abiertas a la calle de los salones de la pinacoteca española. He observado cuadros con los colores muy degradados por el aire contaminado de una gran ciudad. Pero lo peor de todo fue ver el único Mantegna (¿1431?-1506) que el Museo del Prado tiene, El tránsito de la Virgen -"admirable por la firme construcción y fuerza expresiva de las figuras y por el paisaje excepcional del fóndo" (según el profesor Sánchez Cantón)-; el sol dirigía sus rayos directamente, lo que se me figuraría increíble si yo mismo no lo hubiera visto.No es necesario ser diplomado en física para saber que hay pigmentos que no resisten mucho las radiaciones solares, sobre todo las que no son visibles. La degradación es muy rápida si la incidencia de esas radiaciones sobre las pinturas es directa.- Mário Nogueira.

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