El ministro de Justicia francés pide un debate sobre la pena de muerte

"El riesgo forma parte de la fe", ha recordado el cardenal arzobispo de Lyón, Albert Dercourtray, a sus feligreses con motivo del viaje de Juan Pablo II a la ciudad del Ródano. Para proteger la fe de las decenas de miles de católicos que se concentrarán en Lyón a partir de hoy, se han tomado unas medidas de seguridad considerables, aunque las autoridades desean que sean discretas. La alerta por el viaje del Papa coincide con las declaraciones, ayer, del ministro de Justicia, Albin Chalandon, en las que, en contradicción con lo manifestado hasta ahora por el primer ministro Jacques Chirac, se h...

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"El riesgo forma parte de la fe", ha recordado el cardenal arzobispo de Lyón, Albert Dercourtray, a sus feligreses con motivo del viaje de Juan Pablo II a la ciudad del Ródano. Para proteger la fe de las decenas de miles de católicos que se concentrarán en Lyón a partir de hoy, se han tomado unas medidas de seguridad considerables, aunque las autoridades desean que sean discretas. La alerta por el viaje del Papa coincide con las declaraciones, ayer, del ministro de Justicia, Albin Chalandon, en las que, en contradicción con lo manifestado hasta ahora por el primer ministro Jacques Chirac, se ha mostrado partidario de un debate parlamentario sobre el restablecimiento de la pena de muerte para los terroristas.Aproximadamente 10.000 policías han sido movilizados, entre ellos tiradores de elite. Un grupo de más de 30 guardias ha sido entrenado especialmente para la protección personal del Papa. Los 42 kilómetros de recorrido del papamóvil han sido rastrillados casa por casa. La vigilancia en las fronteras próximas con Italia y Suiza se ha visto reforzada. Y se dispone de nueve equipos de desactivación de explosivos, un equipo de 200 médicos de urgencia y una red especial de transmisiones.

Lyón ha sido cuartel general, de algunos grupos terroristas, notablemente de Acción Directa y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Líbano, estas últimas presumiblemente implicadas en la ola de atentados que ha sembrado el pánico en París y ha acrecentado los temor es de actuaciones terroristas ante la vis¡ta del Papa. En la cárcel de Lyón estuvo preso hasta hace 15 días Georges Ibrahim Abdala, el libanés cuya libertad exigen los terroristas. Pero Lyón es también la ciudad identificada por los últimos exegetas de Nostradamus, cuya profecía dice textualmente: "Romano pontífice, guárdate de acercarte a la ciudad bañada por dos ríos. Cerca de ella tu sangre llegará a salpicarte a ti y a los tuyos cuando florecerá la rosa". Junto al miedo a los atentados y a las profecías ha habido también expresiones de protesta contra el viaje, pero éstas no serán motivo de dificultades de orden público.

La Liga de los Derechos del Hombre se ha quejado de los gastos excesivos a cargo del Erario público provocados por el viaje, que, según su parecer, están en contradicción con el principio constitucional de laicidad de la República". Un grupo de pastores de la Iglesia reformada se ha lamentado del culto a la personalidad. Un centenar de sacerdotes obreros se ha quejado de la falta de comprensión de sus problemas en el Vaticano. Y un colectivo llamado OSTIE (Oposición a la Sumisión y a la Intrusión Eclesiástica) ha añadido una nota anticlerical a las otras protestas.

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