Las ayudas comienzan a llegar masivamente a Camerun

Una masiva ayuda internacional comenzó a llegar ayer a Yaundé, la capital camerunesa, una semana después de producirse las emanaciones de gas tóxico en el lago Nios, situado en el cráter de un volcán de la región noroeste del país, que causaron la muerte de más de 1.500 personas y obligaron a otras 30.000 a abandonar sus hogares.

Aunque las emanaciones han cesado, las autoridades sanitarias temen que se desaten epidemias debido a la contaminación de las aguas y a la descomposición de los cadáveres de hombres y animales. Las Fuerzas Armadas y una dotación de sanidad, con el apoyo de equi...

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Una masiva ayuda internacional comenzó a llegar ayer a Yaundé, la capital camerunesa, una semana después de producirse las emanaciones de gas tóxico en el lago Nios, situado en el cráter de un volcán de la región noroeste del país, que causaron la muerte de más de 1.500 personas y obligaron a otras 30.000 a abandonar sus hogares.

Aunque las emanaciones han cesado, las autoridades sanitarias temen que se desaten epidemias debido a la contaminación de las aguas y a la descomposición de los cadáveres de hombres y animales. Las Fuerzas Armadas y una dotación de sanidad, con el apoyo de equipos de socorro internacionales, trabajan en el entierro de los cuerpos en fosas comunes abiertas en la misma zona del desastre. La televisión camerunense, por su parte, transmitió ayer las primeras imágenes de la región afectada, en la que se pudieron ver, intactos, los pueblos en los que murieron todos sus habitantes.Unas 30.000 personas -entre muertos, heridos y evacuados- han resultado afectadas por las emanaciones, muchas de ellas niños, según ha informado la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef.

Expertos vulcanólogos y médicos, provistos de tiendas de campaña, equipos respiratorios, máscaras, comida y agua descontaminada han comenzado a trabajar en la zona. Los principales esfuerzos de los equipes médicos están orientados a evitar una epidemia que podría ser originada por la contarninaclón del lago Nios, de cuyas aguas se nutren varios ríos de la región.

Junto a los equipos de rescate y a los vulcanólogos franceses, israelíes y norteamericanos, operaba un grupo de japoneses especializados en la detección de gases. España, la República Federal de Alemania, Suiza e Italia han enviado a Camerún aviones especiales con docenas de toneladas de ayuda para los refugiados. También son importantes las contribuciones financieras de Japón, Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Holanda y Gabón, según el ministro camerunés de Administración Territorial, Jean Marcel Mengueme.

Al Gobierno le preocupa ahora saber si los poblados evacuados pueden volver a ser ocupados. Los expertos divergen en sus explicaciones sobre el origen de la tragedia - y no se descarta que pueda volver a ocurrir.

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