COMUNICACIÓN

La televisión francesa tendrá dos canales públicos, tres privados y uno semipúblico, según la nueva ley

La televisión contará en Francia con dos canales públicos, tres privados y uno semipúblico, según la nueva ley de comunicaciones aprobada definitivamente por el Parlamento en la madrugada de ayer. La ley, una de las más polémicas del Gobierno de Jacques Chirac, será revisada, a petición de los socialistas, por el Consejo Constitucional, que puede modificar algunos extremos pero que probablemente no alterará las grandes líneas. La polémica sobre este cambio profundo del paisaje audiovisual, prometido por Chirac en la campaña electoral, ha afectado tanto a la oposición como a los partidos en el ...

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La televisión contará en Francia con dos canales públicos, tres privados y uno semipúblico, según la nueva ley de comunicaciones aprobada definitivamente por el Parlamento en la madrugada de ayer. La ley, una de las más polémicas del Gobierno de Jacques Chirac, será revisada, a petición de los socialistas, por el Consejo Constitucional, que puede modificar algunos extremos pero que probablemente no alterará las grandes líneas. La polémica sobre este cambio profundo del paisaje audiovisual, prometido por Chirac en la campaña electoral, ha afectado tanto a la oposición como a los partidos en el poder.

En total se presentaron en las dos cámaras (Asamblea y Senado), más de 2.000 enmiendas. Después de 200 horas de debate, el primer ministro optó por "comprometer su responsabilidad", fórmula constitucional que le autoriza a exigir que no se vote artículo por artículo sino sobre el conjunto de la ley.El nuevo texto legislativo fue prepardo y defendido por François Leotard -ministro de Cultura y Comunicaciones y jefe de filas del sector neoliberal del Gobierno-, quien mantuvo un pulso con algunos diputados y senadores de su propio grupo. La nueva ley configura dos canales públicos (Antenne 2 y FR-3) -hasta ahora había tres-, tres privados (TF-1, la 5 y la 6) -antes eran dos- y uno semipúblico (Canal Plus, que se recibe mediante suscripción y en el que hay capital privado y estatal). Las novedades imás importantes pueden resumirse asi:

Privatización de TF-1: el Estado venderá el 100%, de sus acciones. El 50% será atribuido a un operador, es decir, a una sociedad o grupo que se encargará de su gestión. El 40% podrá ser adquirido directamente por el público, con un techo por persona de 360.000 francos (unos siete millones de pesetas). El 10% restante será ofrecido a los actuales empleados de TF-1, con una rebaja del 20% sobre el precio real.

Comisión Nacional de Comunicaciones y Libertades: Este nuevo organismo independiente será el encargado de conceder y controlar las frecuencias de radio y televisión, así como de vigilar el respeto del pluralismo ideológico. Estará integrado por 13 miembros, con mandato por nueve años y no renovable. Serán nombrados por el presidente de la República (dos), los presidentes de la Asamblea y del Senado (dos y dos) y por el Consejo de Estado, Tribunal de Cuentas, Corte de Casación y Academia francesa (uno cada uno). Los diez miembros así elegidos cooptarán otros tres de entre reconocidas personalidades de la Prensa y de la creación audiovisual.

Sector público: Integrado por Antenne 2, FR-3, Radio France, RFO y Radio France Internacional. Los presidentes serán nombrados libremente por la comisión nacional, salvo el de Radio France Internacional, que tendrá que ser elegido de entre una terna propuesta por el Gobierno.

Financiación: Se suprime el impuesto sobre los aparatos de vídeo. Las cadenas públicas de televisión podrán seguir emitiendo publicidad, pero sus ingresos totales por ese concepto en 1988 y en 1989 no podrán ser superiores a los que obtengan en 1987.

Concentración: Un extranjero no podrá controlar más del 20% del capital de un grupo operador. Una misma persona tampoco podrá controlar, directa o indirectamente, más del 25% del capital de dicho grupo ni participar en operadores distintos.

Publicidad: Los canales privados podrán interrumpir las películas para introducir publicidad, sin tope alguno de duración. El Senado había pedido que el espacio publicitario no superara el 5% de la duración total del programa, pero Leotard lo modificó en el último minuto. En principio habrá una sola interrupción por programa, pero esa norma puede ser modificada por la Comisión Nacional. Los canales públicos no podrán interrumpir la emisión de sus programas.

Sector privado: La Comisión Nacional, además de supervisar la privatización de TF-1, otorgará de nuevo las concesiones de la 5 y la 6, dos canales privados que fueron creados por el Gobierno socialista pocas semanas antes de perder las elecciones y que volverán a fin de año a manos del Estado, en virtud de un decreto ley. Los actuales propietarios, entre ellos el italiano Silvio Berlusconi, reclaman una indemnización o formar parte del grupo que logre la concesión.

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