26 muertos al estallar un coche bomba en Beirut este

Un automóvil repleto de explosivos estalló ayer por la mañana en una céntrica calle del sector cristiano de Beirut, el este de la capital libanesa, y ocasionó la muerte de al menos 26 personas, en una tormenta de fuego, hierro candente y vidrios. El atentado ocurrió horas después de un brusco recrudecimiento de las hostilidades entre milicias cristianas y musulmanes a lo largo de la línea verde que divide la ciudad.

Emisoras de radio cristianas dijeron que al menos 140 personas resultaron heridas en el atentado, que ocurrió mientras la gente iba al trabajo o de compras en el barrio de E...

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Un automóvil repleto de explosivos estalló ayer por la mañana en una céntrica calle del sector cristiano de Beirut, el este de la capital libanesa, y ocasionó la muerte de al menos 26 personas, en una tormenta de fuego, hierro candente y vidrios. El atentado ocurrió horas después de un brusco recrudecimiento de las hostilidades entre milicias cristianas y musulmanes a lo largo de la línea verde que divide la ciudad.

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Emisoras de radio cristianas dijeron que al menos 140 personas resultaron heridas en el atentado, que ocurrió mientras la gente iba al trabajo o de compras en el barrio de Ein Rumaneh. La policía señaló que el coche, al parecer un Mercedes Benz de color blanco, estaba cargado con 200 kilos de material explosivo.La explosión provocó incendios en varios edificios de apartamentos y tiendas de la estrecha calle de Uadin Naim, donde, horas después del atentado, voluntarios de la Cruz Roja seguían buscando víctimas bajo enormes nubes de humo negro. Mientras los bomberos luchaban contra las llamas que consumían casas y vehículos, grúas de los servicios públicos rescataban a inquilinos que se agolpaban en balcones y terrazas pidiendo socorro a gritos.

En la calle, cubierta de vidrios rotos, mampostería ennegrecida y cables mutilados por la explosión, la gente corría gritando los nombres de parientes y amigos, en medio del ensordecedor ulular de las sirenas de las ambulancias. Éstas hacían los viajes a los hospitales precedidas de milicianos que disparaban al aire para despejar el tránsito.

La de ayer fue la explosión más grave ocurrida en Beirut este en lo que va de año, y, como es habitual en Líbano, nadie se adjudicó la responsabilidad del atentado. Los mortíferos coches bomba se han cobrado casi 70 vidas en el sector cristiano desde enero. Políticos cristianos han acusado a agentes sirios por la ola de atentados en los barrios cristianos. Las acusaciones -tajantemente desmentidas por Siria- sostienen que los atentados son parte de la campaña de Damasco para aumentar la presión sobre el asediado presidente cristiano maronita Amín Gemayel.

Gemayel enfureció a los sirios al rechazar un plan de paz elaborado en Damasco para poner fin a la guerra civil de Líbano, que está ya en su duodécimo año. El presidente, cuya renuncia ha sido pedida por todas las milicias de cristianos y musulmanes aliados con Siria, rechazó el plan, alegando que hacía demasiadas concesiones en favor de la mayoría musulmana de la nación.

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La explosión en Ein Rumaneh ocurrió horas después de que las milicias de cristianos y musulmanes libraran intensos combates en la línea verde. Los combates constituyeron la peor erupción de violencia de los últimos meses e ilustraron los riesgos que entraña el actual estancamiento político. La abrupta escalada en la línea de demarcación que mantiene dividido Beirut desde 1975 fue también el más serio choque sectario desde que Siria envió tropas a Beirut oeste, el pasado 4 de julio, para ayudar al Ejército libanés a retomar el control del sector musulmán.

Los sirios enviaron cerca de 500 soldados y agentes de los servicios secretos como parte del más reciente plan de seguridad patrocinado por Damasco para restaurar el orden en Beirut oeste. Diarios libaneses han dicho que el plan incluye el eventual desplazamiento de observadores militares de Siria a los principales frentes de la línea verde, pero no se ha dado plazo alguno.

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