ETA ataca con lanzagranadas la sede de Defensa una semana después de matar a 10 guardias civiles

ETA Militar sembró ayer el pánico en el centro de Madrid al disparar contra la sede del Ministerio de Defensa 12 granadas anticarro desde la parte superior de un coche aparcado a un centenar de metros. Dos cohetes penetraron en el edificio, situado en el paseo de la Castellana. Uno de ellos entró en el despacho donde trabajaban el teniente general Federico Michavila y el contralmirante Carlos Vila, que recibió un impacto de metralla. Un cuarto de hora después, una carga explosiva estallaba en el coche empleado para el disparo, cuando estaba rodeado de policías. Diez personas han resultado lesi...

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ETA Militar sembró ayer el pánico en el centro de Madrid al disparar contra la sede del Ministerio de Defensa 12 granadas anticarro desde la parte superior de un coche aparcado a un centenar de metros. Dos cohetes penetraron en el edificio, situado en el paseo de la Castellana. Uno de ellos entró en el despacho donde trabajaban el teniente general Federico Michavila y el contralmirante Carlos Vila, que recibió un impacto de metralla. Un cuarto de hora después, una carga explosiva estallaba en el coche empleado para el disparo, cuando estaba rodeado de policías. Diez personas han resultado lesionadas en el doble atentado. Una de ellas, el portero Armando Viejo Bueno, padece traumatismo torácico de carácter grave. Felipe González dijo anoche por televisión: "Tengan ustedes la seguridad de que vamos a acabar con el terrorismo y con el comando que opera en Madrid". A continuación descartó una eventual negociación con ETA.

El atentado, con las sucesivas explosiones y los comentarios policiales sobre la existencia de posibles coches bomba, originó reacciones de pánico. Guardias civiles destinados en Defensa y policías de paisano aumentaron la tensión al recorrer tras el atentado varias calles adyacentes pistola en mano.Los terroristas aparcaron en la calle Manuel de Falla, hacia las 1.9.30, un coche sobre el que habían colocado, cubiertos por una lona 12 tubos lanzagranadas apuntados hacia el Ministerio de Defensa. El sistema eléctrico para disparar los proyectiles fue accionado a distancia una hora después.

Una granada estalló a sólo un metro de una de las ventanas del ministro de Defensa, Narcís Serra, que no estaba en el departamento porque había viajado esa mañana de Barcelona a Madrid. Otros dos artefactos se incrustaron en un autobús de transporte urbano con una veintena de pasajeros. La segunda explosión en el coche hizo crecer el temor de que pudiera haber más artefactos.

El primer ministro francés, Jacques Chirac, aseguró ayer que Francia no será nunca "la base de retaguardia de terroristas que pretendan actuar en España a partir de su territorio". Añadió que España puede contar con una colaboración francesa sin reservas.

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Editorial en la página 10

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