El CDS y la ruptura en Coalición Popular acapararon la atención en la sesión constitutiva del Congreso

La sesión constitutiva del Congreso, que inauguró ayer la tercera legislatura desde la Constitución de 1918, se caracterizó por la expectación ante la ubicación en el Grupo Mixto de los diputados del Partido Demócrata Popular (PDP) y la irrupción de los 19 diputados del Centro Democrático y Social (CDS), con Adoffo Suárez a la cabeza. El socialista Félix Pons fue elegido presidente, con 322 votos, y aseguró, tras jurar acatamiento a la Constitución -en vez de prometer como socialistas, comunistas. y algunos centristas-, que su labor amparará a las minorías. Pons comunicó la constitución de la ...

La sesión constitutiva del Congreso, que inauguró ayer la tercera legislatura desde la Constitución de 1918, se caracterizó por la expectación ante la ubicación en el Grupo Mixto de los diputados del Partido Demócrata Popular (PDP) y la irrupción de los 19 diputados del Centro Democrático y Social (CDS), con Adoffo Suárez a la cabeza. El socialista Félix Pons fue elegido presidente, con 322 votos, y aseguró, tras jurar acatamiento a la Constitución -en vez de prometer como socialistas, comunistas. y algunos centristas-, que su labor amparará a las minorías. Pons comunicó la constitución de la Cámara al Rey, que iniciará hoy consultas con los líderes políticos para proponer al Congreso el candidato a la presidencia del Gobierno, como establece la Constitución.

Los diputados del CDS entraron a las 9.40 en un hemiciclo vacío, perfectamente ordenados tras su líder, Adolfo Suárez. Pasaron a ocupar los primeros escaños del centro, justo al lado del pasillo que les separa del lado derecho e inmediatamente detrás del banco azul destinado a los ministros.Cuando este grupo de centristas estaba tomando asiento entraron, también todos juntos, los 21 parlamentarios del Partido Demócrata Popular, entre los que se hallaba arropado su presidente, Óscar Alzaga. Estos parlamentarios iniciaron la escalada hacia el final de las filas del centro, con pequeños altos para que Alzaga saludara a Adolfo Suárez. Después, el saludo fue para Miquel Roca, portavoz de Minoría Catalana.

Aunque los dos diputados de Euskadiko Ezkerra, Juan María Bandrés y Kepa Aulestia, llevaban varios días en la preparación psicológica de que en la tranquila zona del Grupo Mixto habría multitud, no por ello su cara de perplejidad fue menor. Optaron por situarse al otro lado del pasillo, detrás de una columna, actitud que fue seguida por los parlamentarios de Coalición Galega, Agrupación Independiente Tinerfeña y Partido Aragonés Regionalista. El tercer grupo de madrugadores lo constituyeron los diputados de Izquierda Unida, que se aprestaron a ocupar una de las últimas filas del lado izquierdo, rodeados de socialistas.

José Antonio Segurado y sus diputados liberales se dirigieron inequívocamente a las últimas filas del lado derecho de la Cámara, si bien, a petición de Fraga, el político liberal descendió hasta el escaño inmediato al presidente de Alianza Popular (AP). Los miembros de Minoría Catalana y el Grupo Vasco fueron todo discreción, apenas se dejaron oír. Roca permaneció las cuatro horas de la sesión sentado en su escaño, sin apenas conversar con nadie.

La frialdad de Fraga

En el centro izquierda, entre nacionalistas catalanes y socialistas se sentaron los parlamentarios del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Pronto se comprobó que la izquierda y el centro de la Cámara estaban a rebosar, mientras que en el lado derecho se registraba una holgura extraordinaria, ocupado tan sólo por los 84 diputados de AP y del Partido Liberal (PL). El esperado momento del saludo entre Fraga y Alzaga se produjo cuando el último tuvo que descender hacia la tribuna para votar a los miembros de la Mesa del Congreso. El político democristiano estrechó la mano de Fraga, que acogió con frialdad el gesto.En la votación para los miembros del órgano de dirección de la Cámara no hubo sorpresas, salvo algún voto despistado, como el otorgado a la nueva diputada aliancista Isabel Tocino, propuesta para presidente del Congreso. El socialista Félix Pons, por 322 votos, fue elegido presidente de la Cámara baja. Los socialistas, en previsión de deslices o tentación de indisciplina, entraron al hemiciclo con los nombres de los candidatos a quienes debían votar mecanografiados en sus papeletas.

Las cuatro vicepresidencias han recaído, por este orden, en los siguientes diputados: Leopoldo Torres (PSOE), Antonio Carro (AP), Francisco Granados (PSOE) y José Ramón Caso (CDS). Las cuatro.secretarías fueron para Ramón Vargas Machuca (PSOE), José Manuel Paredes Groso (PL), Irma Simón (PSOE) y Josep Maria Trias de Bes (Minoría Catalana). Tras el largo escrutinio, el presidente dé la Mesa de Edad, el socialista Máximo Rodríguez, de 77 años, dio paso a los elegidos, que juraron o prometieron acatamiento a la Constitución.

Félix Pons juró y procedió a solicitar el acatamiento a los restantes miembros de la Mesa. Tras ello, los secretarios llamaron nominalmente a todos los diputados, con la ausencia anunciada de los diputados electos de Herri Batasuna. La única risa generalizada se .produjo en el llamamiento al comunista Nicolás Sartorius Álvarez de las Asturias-Bohórquez.

Los lentos escrutinios para las diferentes votaciones se interrumpieron al mediodía para observar tres minutos de silencio en recuerdo de los nueve jóvenes guardias civiles asesinados el día anterior. Hora y media antes, el ministro del Interior, José Barrionuevo, había llegado al Congrego, procedente de los funerales por estas víctimas del terrorismo, presa de un visible abatimiento, que fue percibido por toda la Cámara.

Pons elogió la gestión de sus antecesores, Landelino Lavilla y "muy especialmente" Gregorio Peces-Barba. Posteriormente afirmó -contrariamente a Peces-Barba, que no participaba en las votaciones- su intención de votar junto a su grupo.