Cartas al director

Elecciones y papel

Con la llegada de la democracia a España, las industrias papeleras debieron frotarse las manos. Tuvo que ser algo así como el santo advenimiento, la llegada redentora. No es para menos. No me meteré en cálculos, pero creo que no es arriesgado afirmar que, gracias a la avalancha de papel que nos anega, los cápitostes de la industria papelera se deben estar enriqueciendo muy mucho. Por otro lado, los bosques y sus amantes protectores deben estar muy tristes y preocupados. Es que la democracia ha traído, entre otras cosas, campañas electorales en las que el despilfarro de papel parece ser la ocup...

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Con la llegada de la democracia a España, las industrias papeleras debieron frotarse las manos. Tuvo que ser algo así como el santo advenimiento, la llegada redentora. No es para menos. No me meteré en cálculos, pero creo que no es arriesgado afirmar que, gracias a la avalancha de papel que nos anega, los cápitostes de la industria papelera se deben estar enriqueciendo muy mucho. Por otro lado, los bosques y sus amantes protectores deben estar muy tristes y preocupados. Es que la democracia ha traído, entre otras cosas, campañas electorales en las que el despilfarro de papel parece ser la ocupación favorita de los partidos políticos. Luego, claro, para seguir obteniendo papel de forma rápida se seguirá esa subnormal política de repoblar a base de pino y cucalipto.¿Cuántas toneladas de papel se habrá de llevar el viento cuando terminen las elecciones? ¿Cuántas promesas más nos harán los políticos a través de cartas -imagínense, 20 millones o más de cartas repitiendo hasta la saciedad los mismos mensajes electoralistas, ¡qué despilfarro de palabras y de papel!- que también habrá de llevarse el viento? En fin, que nuestro sistema democrático de mercado parece tener los mismos defectos que el sistema económico capitalista sobre el que se asienta: despilfarra, contamina, nos llena la vida de ruido y mensajes vacíos, y, a.la postre, los que se comen la mejor tajada son siempre los mismos.

Habría que prohibirles a los políticos de este país ser tan poco consistentes, tan vacuos. Se pasan la campaña vociferando cosas acerca de la calidad de vida, la modernidad y el progreso, pero a la vez están contribuyendo al empobrecimiento real de nuestro entorno. Si tanto aman a España, y tanto desean nuestro- bien, que se callen de una vez, que dejen de desperdiciar papel.-

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