El sufrido viaje en autobús de los valencianos

Más de 200.000 usuarios sufren los efectos de las continuas huelgas de la Empresa Municipal de Transportes

M. A. VILLENA / J. GARCIA DEL MORAL El conflicto que afecta desde marzo a la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia, debido a las diferencias entre la dirección y el comité de empresa en torno a las negociaciones del convenio colectivo y la racionalización de la compañía, causa graves perjuicios a los más de 200.000 usuarios del único transporte público de la ciudad. Durante las últimas semanas los trabajadores han realizado seis huelgas, y ahora han ampliado los paros a tres días semanales. El primero se produjo ayer, con los consiguientes problemas circulatorios.

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M. A. VILLENA / J. GARCIA DEL MORAL El conflicto que afecta desde marzo a la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia, debido a las diferencias entre la dirección y el comité de empresa en torno a las negociaciones del convenio colectivo y la racionalización de la compañía, causa graves perjuicios a los más de 200.000 usuarios del único transporte público de la ciudad. Durante las últimas semanas los trabajadores han realizado seis huelgas, y ahora han ampliado los paros a tres días semanales. El primero se produjo ayer, con los consiguientes problemas circulatorios.

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Más de 200.000 usuarios del único medio de transporte público urbano de Valencia se han visto afecta dos desde el pasado 27 de mayo por las huelgas intermitentes con vocadas por el comité de empresa de la EMT de Valencia, cuya plantilla es de 1.187 trabajadores. Pese a los servicios mínimos es tablecidos por la Consejería de Trabajo de la Generalitat valenciana, que se cumplen entre las seis y las nueve de la mañana y las mismas horas de la tarde, las huelgas causan graves perjuicios a los usuarios que dependen de este me dio de transporte para acudir al trabajo. También afectan negativamente al tráfico rodado de la ciudad, de forma que los días de huelga las calles de Valencia se convierten en una auténtica jungla, en un caos circulatorio que, acaba con los nervios de todos. El conflicto actual arranca con la municipalización del servicio, el pasado mes de enero. La primera huelga fue convocada para los días 17 y 18 del pasado mes de marzo, en plenas Fallas, pero no llegó a efectuarse.

A medida que avanzaban las negociaciones para la firma del convenio colectivo aumentaron las diferencias entre las posturas del comité de empresa y de la dirección de la EMT. En cada nueva reunión, el comité planteaba exigencias de mayores incrementos salariales, mientras que la empresa ofrecía cada vez menos. El principal punto de discusión, aparte del incremento salarial, estaba en la negativa por parte del comité a aceptar la negociación conjunta del convenio colectivo y de la racionalización de la compañía.

Negociaciones rotas

Las negociaciones quedaron rotas hace 15 días, y la empresa decidió iniciar conversaciones con las secciones sindicales de UGT y CC OO, con las que el pasado lunes llegó a un principio de acuerdo. Éste no fue reconocido por el comité de empresa, que mantuvo la convocatoria de la huelga. Para intentar zanjar el problema, las secciones sindicales decidieron convocar un referéndum en el que los trabajadores deberían decidir si aceptaban o no. el principio de acuerdo firmado con la empresa. El comité de empresa se opuso a su realización e hizo campaña en favor de la abstención, que resultó triunfadora.

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Al analizar el déficit de la EMT -1.200 millones de pesetas el pasado año- y las posibles alternativas económicas, los dirigentes sindicales sostienen que es absolutamente necesaria la aprobación de una ley de financiación del transporte público. Asimismo, los trabajadores acusan. al delegado de Tráfico del Ayuntamiento, el socialista José Cabrera, de ser incapaz de resolver los graves problemas de circulación de Valencia.

La escasez de aparcamientos y la ordenación circular de la trama urbana del centro de la ciudad dificultan las soluciones al denso tráfico rodado. Los responsables municipales confían en la descongestión que puede suponer la puesta en marcha de dos líneas de suburbano que enlazarán varios accesos por ferrocarril y carretera a Valencia con la zona céntrica.

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