Tribuna:

Poca actividad para confirmar las subidas

La desconfianza continúa siendo un factor a tener en cuenta a la hora de evaluar las posibilidades alcistas de los mercados de valores, y en esta ocasión la excesiva velocidad con que se recuperó la tendencia positiva ha dado lugar a una curiosa situación en la que los inversionistas, tanto compradores como vendedores, han decidido esperar tranquilamente el desarrollo de los acontecimientos. El resultado ha sido una sesión en la que ni papel ni dinero han conseguido imponerse, precisamente por encontrarse ausentes del parqué. Lo que empezó tan sólo regular, fue enfriándose paulatinamente y pus...

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La desconfianza continúa siendo un factor a tener en cuenta a la hora de evaluar las posibilidades alcistas de los mercados de valores, y en esta ocasión la excesiva velocidad con que se recuperó la tendencia positiva ha dado lugar a una curiosa situación en la que los inversionistas, tanto compradores como vendedores, han decidido esperar tranquilamente el desarrollo de los acontecimientos. El resultado ha sido una sesión en la que ni papel ni dinero han conseguido imponerse, precisamente por encontrarse ausentes del parqué. Lo que empezó tan sólo regular, fue enfriándose paulatinamente y puso de manifiesto que todavía no se han olvidado las fuertes pérdidas de hace unos días. Los corros se siguen muy de cerca, y cualquier intento vendedor es registrado inmediatamente, provocando el retraimiento del dinero. No obstante, también se mantienen las expectativas alcistas para un buen número de valores, como demuestra el que se dejase subir los precios en muchos casos sin que apareciese un solo título a la venta.Todo esto conforma una sesión irregular que ha puesto en guardia a los compradores del cierre anterior, si bien se insiste en que los aspectos que se valoraron positivamente en esa sesión, y que llevaron a efectuar las órdenes de compra, se mantienen inalterables. Tan sólo la fuerte caída que han registrado los mercados anteriormente, en contra de la situación económica, hace desconfiar sobre los criterios que mueven a los mercados. Lo único que parece lo suficientemente claro en estos momentos es que los movimientos largos, tanto de subida como de bajada, se han terminado, y que los que piensan que más vale pájaro en mano están imponiendo su criterio.

Así las cosas, cada sector vivió la sesión por su cuenta, dependiendo los resultados de los beneficios que habían conseguido reunir en la tanda alcista previa. Las eléctricas en particular mantuvieron constantes escarceos a base de pequeñas partidas, sin que el papel o el dinero mostrasen ningún empeño en imponerse a su contrario. Sevillana abonó un dividendo complementario de 12,50 pesetas netas a sus accionistas, de las que recuperó 0,25 enteros. El resto de los valores registró pequeñas bajas, que hicieron retroceder el índice del grupo algo más de un punto.

El sector bancario fue de los pocos que mantuvieron una trayectoria positiva en su conjunto, con sólo dos retrocesos entre los grandes valores del grupo. El equilibrio entre compras y ventas, también se impuso en este sector, pese a lo cual las pequeñas diferencias a favor del dinero produjeron sustanciosos avances en las cotizaciones. Tres de estos valores ganaron entre seis y 30 enteros, al tiempo que el Hispano recuperó íntegro el dividendo de 25 pesetas netas que abonaba a sus accionistas como pago único correspondiente al ejercicio pasado.

De los sectores industriales destacaron construcción y siderurgia, aunque estas alzas estuvieron apoyadas en muy pocos valores. En el sector de varios, Mapfre repartió un dividendo complementario de 14,35 pesetas netas, además de iniciar una ampliación de capital en la proporción de una acción nueva por cada 50 antiguas y al 600%.

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