Un 'despiste' del Hispano

Cuando en abril de 1982 el Fondo de Garantía pagó 23.250 millones de pesetas al Banco Hispano Americano por las acciones de ACESA que tenía Bankunión, todo el mundo creyó que le habían hecho un regalo. El Hispano se adjudicó el Bankunión, titular del 57,8% del capital de ACESA, a condición de que el Fondo se quedase con el paquete de acciones de autopistas.

Por la operación recibió la cantidad que aparecía contabilizada en el balance. Un precio que entonces nadie hubiera pagado, ya que la autopista aún no había entrado en rentabilidad y las deudas eran impresionantes (70.000 millone...

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Cuando en abril de 1982 el Fondo de Garantía pagó 23.250 millones de pesetas al Banco Hispano Americano por las acciones de ACESA que tenía Bankunión, todo el mundo creyó que le habían hecho un regalo. El Hispano se adjudicó el Bankunión, titular del 57,8% del capital de ACESA, a condición de que el Fondo se quedase con el paquete de acciones de autopistas.

Por la operación recibió la cantidad que aparecía contabilizada en el balance. Un precio que entonces nadie hubiera pagado, ya que la autopista aún no había entrado en rentabilidad y las deudas eran impresionantes (70.000 millones de pesetas en 1984). Ahora los directivos del Hispano se tiran de los pelos al conocer las excelentes expectativas de beneficios de una compañía que hace cuatro años tuvieron en sus manos y no supieron apreciar.

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En la historia de ACESA Rama la atención la capacidad que ha mostrado su dirección para pasar inadvertida, a pesar de ser una de las sociedades más ¡mportantes de España (40.210 millones de capital social, aunque el desembolsado en efectivo apenas supera los 13.000 millones, 173.843 millones de activo y una facturación próxima a los 20.000 millones en 1986).

La sociedad fue constituida con 300 millones de pesetas en 1967 por José Ferrer Bonsoms y Jorge Masiá Mas-Bagá, en representación de Bankunión; Joaquín Garrigues Walker, por la Liga Financiera Española; Valeriano Barreiros Rodríguez, en representación de Financiera Comercial e Industrial, y Juan Carlos Ghisleri Staumont y Loris Corbi, en representación de Condotte Española, SA, filial de Condotte Dacqua. En el primer Consejo de Administración figuraban también Pablo Bofill de Quadras y el actual presidente de la Generalitat, Jordi Pujol Soley. Poco tiempo después tomaron participaciones en la sociedad las cajas catalanas (34,8%) y SEAT (5%). ACESA explota 505 kilómetros de autopistas (La Jonquera-Tarragona, Zaragoza-Mediterráneo, Montgat-Mataró y Montmeló-Papiol).

El gran negocio de las autopistas fue, sin duda, su construcción y financiación. En el caso de ACESA participaron Agromán, Anthos, Caminos y Puertos, Condotte Española, Construcciones Sulleva, Cubiertas y Tejados, Edificios y Obras, Fomento de Obras y Construcciones, Huarte y Sala Amat, entre otras. En 1984, la Generalitat de Cataluña también manifestó su interés por ACESA, pero su plan no prosperó por desacuerdo en el precio. Al parecer, el Fondo pedía 40.000 millones.

Los contenidos de determinadas certificaciones de obras y la forma de concertar la finaciación exterior despertaron sospechas y recelos en varias ocasiones, y hace años estuvieron a punto de provocar un escándolo. La entrada del Fondo de Garantía de Depósitos en la sociedad en 1983 permitió conocer la sociedad por dentro y descubrir serias irregularidades. Fruto de estas investigaciones fue la denuncia presentada por su actual presidente, Carlos Bustelo, en mayo de 1985, en la que se describían presuntas estafas por un valor superior a 500 millones.

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