Cartas al director

Lugar para 'fardar'

Se accede al recinto atravesando un espectacular y provocativo despliegue de matones y de policías municipales a caballo. Te miran, te remiran con la mosca detrás de la oreja; eres un delincuente, un presunto de ésos, un rockero, un animal peligroso y dañino que puede llevar escondido en cualquier rincón -bajo el sobaco, en los zapatos tal vez- un clandestino litro ole cerveza. Como dice un colega, si consigo meter un litro, lo estampo en el escenario.Vallas, terraplenes, más matones, más pasma... ¿Por qué no nos visten de judíos y nos sobrevuela un helicóptero artillado?

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Se accede al recinto atravesando un espectacular y provocativo despliegue de matones y de policías municipales a caballo. Te miran, te remiran con la mosca detrás de la oreja; eres un delincuente, un presunto de ésos, un rockero, un animal peligroso y dañino que puede llevar escondido en cualquier rincón -bajo el sobaco, en los zapatos tal vez- un clandestino litro ole cerveza. Como dice un colega, si consigo meter un litro, lo estampo en el escenario.Vallas, terraplenes, más matones, más pasma... ¿Por qué no nos visten de judíos y nos sobrevuela un helicóptero artillado?

Nada más que hay un bar -haber hay más, pero están lejos-, en el que es imposible tomarte una copa rápida, ya que utilizan el método comunista de los boletos caros.

A la una o una y media se acabó la música. Todos a casa. Que ya somos europeos. A dormir sobrios.

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Ya tenemos un lugar para que farden, para sacarlo en la tele los domingos, para vender movida madrileña -perdón, ¿cómo dice?- al mundo. ¡Qué viva el socialismo!.-

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