RELIGIÓN

El Papa critica el 'culto a la muerte' en su homilía pascual

En el tradicional mensaje de Pascua que cada año dirige el Papa al mundo entero, Juan Pablo II (ante la presencia del secretario de Estado norteamericano, George Shultz, cristiano episcopaliano, y de su esposa, Helen, católica, que asistieron en primera fila a la misa solemne) afirmó ayer que la fe es "un desafío", porque mientras Dios "no se resigna a la muerte y no es un Dios de muertos, sino de vivos", el hombre, al revés, "se rinde ante ella", y más aún, "crea muerte".

La plaza de San Pedro, bañada por un sol dulcísimo de primavera, estaba abarrotada. Ya desde las primeras horas se ...

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En el tradicional mensaje de Pascua que cada año dirige el Papa al mundo entero, Juan Pablo II (ante la presencia del secretario de Estado norteamericano, George Shultz, cristiano episcopaliano, y de su esposa, Helen, católica, que asistieron en primera fila a la misa solemne) afirmó ayer que la fe es "un desafío", porque mientras Dios "no se resigna a la muerte y no es un Dios de muertos, sino de vivos", el hombre, al revés, "se rinde ante ella", y más aún, "crea muerte".

La plaza de San Pedro, bañada por un sol dulcísimo de primavera, estaba abarrotada. Ya desde las primeras horas se podían oír los cantos y los gritos de alegría de los miles de turistas españoles presentes estos días en Roma. Nunca, desde la tarde del atentado al Papa el 13 de mayo de 1981, hubo en la plaza de San Pedro y en sus alrededores un aparato tan imponente de policías y carabineros como ayer. La plaza estuvo cerrada al tráfico e iluminada como un ascua desde la noche anterior.En su mensaje, el Papa este año ha expresado dos conceptos clásicos de su teología y espiritualidad: la potencia de la fe cristiana y el gran desafío que Dios lanza al mundo. Se trata de un desafío, de fondo según el Papá, ya que toca la vida y la muerte.

En efecto, mientras la Pascua de Resurrección es, según Juan Pablo II, el desafío de que Dios "no se resigna a la muerte del hombre" y de que "no es un Dios de muertos, sino de vivos", el hombre sin Dios es, al contrario, uno que se resigna a la muerte; más aún, que "crea muerte".

Resignado a la muerte

El hombre de hoy, dijo el papa Wojtyla, que en la mañana de ayer felicitó las pascuas en 49 idiomas, entre ellos el ruso y el chino, se resigna a la muerte "cuando aspira sólo a las cosas de la tierra". Afirmó con tonos de pesimismo que "la tierra sola no esconde el fermento de la inmortalidad".Explicó que el hombre no sólo se resigna a la muerte, sino que la produce "a los inocentes y a los aún no nacidos". Más aún, para el Papa polaco el hombre de nuestro tiempo no sólo se resigna a la muerte, no sólo la produce, sino que la ha elevado "a método de existencia".

El discurso del Papa era como una poesía, escrito incluso en forma poética.

En él se preguntaba Juan Pablo II si no es cierto que el hombre ha escogido como método de vida la muerte cuando se deja arrastrar por la violencia, "por la conquista cruenta del poder", por la "acumulación egoísta de la riqueza". O cuando para combatir la miseria "se alimenta de odio y de deseos de venganza", aludiendo a los métodos marxistas de lucha.

Terrorismo y tortura

Nombró también "el terrorismo y la tortura", y exclamó con voz fuerte: "Y sin embargo, aunque el hombre se resigna a la muerte, al mismo tiempo la teme terriblemente".En su mensaje, Juan Pablo II se preguntó si el hombre estará dispuesto a participar en el gran desafío de Dios contra la muerte, que es, en fin de cuentas, "el gran desafío de la paz".

Para hacerlo, el hombre necesita, dijo el Papa, oponerse con fuerza, como hace Dios, a todo lo que significa egoísmo, división y violencia "en las regiones ensangrentadas por las guerrillas y conflictos; en las naciones donde son pisoteados los derechos del hombre, la dignidad de la persona y sus libertades; en las naciones donde surgen tentaciones de terrorismo y represalia".

Frente al hombre, dijo el papa Wojtyla, "amedrentado por las amenazas de muerte", la Iglesia presenta "el desafío de la inmortalidad". Si el hombre de hoy desea vencer la muerte, concluyó, es necesario "que esté dispuesto a morir, como Cristo, al pecado", y a pensar "en las cosas del cielo más que en las de la tierra".

Toda la liturgia de la celebración pascual estuvo cuajada de simbolismos. La misma oración de los fieles fue escogida significativamente según la lengua en que era pronunciada. Por ejemplo, en coreano se rezó "para que las naciones se empeñen en la afirmación de la justicia"; en ruso, "por el derecho a la vida, a la dignidad y al desarrollo"; en polaco, "por los que sufren la fatiga de vivir", y en lengua castellana se rezó "por el santo padre Juan Pablo II y por los ministros de la Iglesia".

También el Viernes Santo el papa Wojtyla había hecho que la oración por los judíos se recitase en alemán, y la oración por los ateos, en ruso.

Asimismo ayer, durante la misa, estuvieron presentes en primera fila 10 representantes de la religión budista.

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