Tribuna:

Tamames

Parece que Ramón Tamames va a presentarse a alcalde en las próximas elecciones municipales. Como esta columna no es política, sino precisamente eso, municipal, no diremos si tiene o no tiene más votos o posibilidades que el actual alcalde Barranco, sino que Ramón, ex/comunista, ecólogo, hombre de acción y de información, eterno adolescente de la política española, no quedaría nada mal como nuevo alcalde de Madrid. Ramón es hombre de teoría y gestión al mismo tiempo (siempre despeinado como un estudiante voluntarioso, y siempre con Carmen al fondo, como una columna jónica, que son las femeninas...

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Parece que Ramón Tamames va a presentarse a alcalde en las próximas elecciones municipales. Como esta columna no es política, sino precisamente eso, municipal, no diremos si tiene o no tiene más votos o posibilidades que el actual alcalde Barranco, sino que Ramón, ex/comunista, ecólogo, hombre de acción y de información, eterno adolescente de la política española, no quedaría nada mal como nuevo alcalde de Madrid. Ramón es hombre de teoría y gestión al mismo tiempo (siempre despeinado como un estudiante voluntarioso, y siempre con Carmen al fondo, como una columna jónica, que son las femeninas, sustentándole). Barranco, de quien recibo entrañables cartas, ha heredado en cierto modo el espíritu de Tierno, pero en nuestra penúltima guerra civil o carlista -el referéndum-, votó: claro que la disciplina de partido es el partido de la disciplina. Tamames, un poco marginal, como Tierno (pese a su carnet), puede o podría hacer una política municipal descomprometida, por encima de los partidos, para todos los madrileños. Pero insisto, no va uno a hacer campaña por Tamames, sino a diseñar, solamente, el trío fundamental que compondrá las elecciones municipales: Barranco, derechohabiente; Tamames, verde y por libre; Álvarez del Manzano o la frondosidad alegre de la derecha optimista (lo clásico de la derecha es el pesimismo, que viene de Dios). Álvarez del Manzano o el gracioso de la función. Pero no olvidemos que las funciones, muchas veces, en los corrales madrileños de Lope, se las llevaban los graciosos. Barranco o la dinastía municipal. Tamames o el nuevo Tierno, el ejecutivo literario, el lírico pragmático.Cualquiera de los tres será bueno, pero uno, por amiguete (lo mejor del columnista por libre es que puede funcionar mediante amiguetes, porque es irresponsable), preferiría un corregidor llamado Tamames, que, muy en la línea de Tierno, ha sacado a los madrileños a correr en bici por el Retiro, los domingos, y cosas así de ecológicas. Ramón es nuestra Petra Kelly, sólo que la Petra está más buena.

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