Comunistas y socialistas italianos inician una política de aproximación

El Partido Comunista Italiano (PCI), a un mes de distancia de su congreso nacional, que se celebra en abril y que es el primero tras la muerte de Enrico Berlinguer, ha iniciado un política de aproximación al Partido Socialista Italiano (PSI), del primer ministro Bettino Craxi, mientras éste realiza gestos de apertura hacia los comunistas.El PCI está apretando el acelerador para poder entrar cuanto antes en el Gobierno. Para ello ha empezado a hacer abiertamente la corte a Bettino Craxi, ante la convicción de que sólo Craxi, el duro, el reformista, pero también el propalestino y e...

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El Partido Comunista Italiano (PCI), a un mes de distancia de su congreso nacional, que se celebra en abril y que es el primero tras la muerte de Enrico Berlinguer, ha iniciado un política de aproximación al Partido Socialista Italiano (PSI), del primer ministro Bettino Craxi, mientras éste realiza gestos de apertura hacia los comunistas.El PCI está apretando el acelerador para poder entrar cuanto antes en el Gobierno. Para ello ha empezado a hacer abiertamente la corte a Bettino Craxi, ante la convicción de que sólo Craxi, el duro, el reformista, pero también el propalestino y el que se enfrentó al presidente norteamericano Ronald Reagan en el asunto del secuestro de la nave Achille Lauro, puede darle la llave que les abra la puerta del Gobierno.

Los comunistas requieren reiteradamente a los socialistas que digan con quién quieren aliarse con la Democracia Cristiana, que dirige Ciriaco de Mita, o con la izquierda del país.

Y la verdad es que Craxi, cuya popularidad ha empezado a subir de repente tras un paréntesis de oscurecimiento, cuando se atrevió a recortar la escala móvil que adecua automáticamente los salarios al índice del coste de la vida y cuando se enfrentó con la magistratura y la Prensa, está también enviando mensajes en clave al PCI. El último gesto de apertura a los comunistas lo hizo Craxi el pasado 1 de marzo, con un discurso explosivo dirigido al congreso del sindicato de mayoría comunista, la Confederación General Italiana de Trabajadores (CGIL). Era la primera vez que un presidente del Gobierno subía a la tribuna del primer sindicato italiano. Y su presencia no era fácil, ya que había sido la CGIL quien había pedido su cabeza en la calle. El líder socialista consiguió arrancar el aplauso de los 1.500 delegados que, en pie, le aclamaron al final de su discurso.

Mientras tanto, Alessandro Natta ha sido el primer secretario general del PCI que entra en contacto con la socialdemocracia alemana, al entrevistarse con Willy Brandt durante casi tres horas, y esto ha complacido a Craxi, que siempre ha mantenido que para pensar en una alternativa de izquierdas en Italia es necesario que el PCI se convierta en una fuerza socialdemócrata.

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