Cartas al director

Olof Palme

El asesinato de Olof Palme, primer ministro sueco, ha conmovido a la humanidad progresista.Sus relevantes condiciones personales y sus contribuciones a la lucha por la paz y el bienestar de los pueblos ha sido destacada por su diario de una forma que sus lectores agradecemos.

Sin embargo, no quisiera dejar en el olvido una de sus facetas más consistentes con su pensamiento e ideología. Bajo su personal conducción, desde el mismo 11 de septiembre de 1973 en que el fascismo terminara violentamente con el Gobierno democrático de Salvador Allende, la Embajada sueca en Santiago de Chile se c...

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El asesinato de Olof Palme, primer ministro sueco, ha conmovido a la humanidad progresista.Sus relevantes condiciones personales y sus contribuciones a la lucha por la paz y el bienestar de los pueblos ha sido destacada por su diario de una forma que sus lectores agradecemos.

Sin embargo, no quisiera dejar en el olvido una de sus facetas más consistentes con su pensamiento e ideología. Bajo su personal conducción, desde el mismo 11 de septiembre de 1973 en que el fascismo terminara violentamente con el Gobierno democrático de Salvador Allende, la Embajada sueca en Santiago de Chile se convirtió en la casa de los chilenos que buscaban protección y seguridad para sus vidas.

Son incontables los ejemplos de solidaridad y heroísmo que Harold Edelstam, embajador sueco, y su personal dieron por los perseguidos. Pero eso no fue todo, Olof Palme entregó en los primeros días de octubre de 1973 una de las primeras contribuciones materiales a la lucha del pueblo chileno por restaurar la democracia.

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Beatriz Allende recibió personalmente en Estocolmo tan generosa y necesaria ayuda.

Desde entonces, sin ningún tipo de discriminación, miles de chilenos han encontrado en la Suecia de Palme una tierra donde vivir y trabajar.

Sería reiterativo enumerar otras múltiples manifestaciones con que Olof Palme y la socialdemocracia sueca han demostrado su apoyo a la lucha del pueblo chileno. En esta hora de congoja y dolor, nuestro modesto homenaje a quien fue consecuente con su ideario. La futura democracia chilena, sin duda, reservará un lugar de privilegio para un amigo y compañero de luchas y esperanzas.-

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