LA CAMPAÑA DEL REFERÉNDUM

Los neutrales: pequeñas grandes potencias

Una gran potencia, según el historiador alemán del siglo XIX-Leopold von Ranke, es la que es capaz de mantenerse sin aliados. De ahí que Adam Roberts, profesor de la universidad de Oxford, concluya que, desde este punto de vista, hay en Europa varias pequeñas grandes potencias. Irlanda, Suecia, Suiza, Finlandia, Austria, Malta, Chipre y el Vaticano -por no citar a Liechtenstein u otros pequeños países- no están en la OTAN. Yugoslavia y Albania no están en el Pacto de Varsovia. Toda Europa no está aliada con uno u otro de los bloques.

El no alineamiento -Yugoslavia, Malta, Chipre- es...

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Una gran potencia, según el historiador alemán del siglo XIX-Leopold von Ranke, es la que es capaz de mantenerse sin aliados. De ahí que Adam Roberts, profesor de la universidad de Oxford, concluya que, desde este punto de vista, hay en Europa varias pequeñas grandes potencias. Irlanda, Suecia, Suiza, Finlandia, Austria, Malta, Chipre y el Vaticano -por no citar a Liechtenstein u otros pequeños países- no están en la OTAN. Yugoslavia y Albania no están en el Pacto de Varsovia. Toda Europa no está aliada con uno u otro de los bloques.

El no alineamiento -Yugoslavia, Malta, Chipre- es más bien una cuestión política que una cuestión de derecho internacional. La neutralidad, sin embargo, es una cuestión esencialmente jurídica. Un país por sí mismo no decide, su neutralidad: la han de reconocer otros países e implica, entre otras cosas, la no presencia de tropas extranjeras sobre su territorio.

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Y hay neutralidades y neutralidades. La de Irlanda es sui géneris, causada en un principio -aunque después los irlandeses descubrieran su valor- por el hecho de que, desde la óptica de Dublín, una parte de Irlanda, el Ulster, está dominada por el Reino Unido, razón por la cual Irlanda no ingresó en la OTAN en 1949.

Pero Irlanda participa en la cooperación política de la CE, tendente a definir una política exterior común de los doce y una cooperación en los aspectos políticos y económicos (pero no militares) de la seguridad.

De los países nórdicos, el único que conservó la neutralidad tras la II Guerra Mundial fue Suecia, uno de los países neutrales que más en serio se ha tomado su propia seguridad, estableciendo un sistema de defensa en profundidad -defensa territorial- unido a una importante fuerza aérea (que preocupa a los soviéticos) y marítima.

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Finlandia logró que la URSS le reconociera un status de neutralidad, que implica, sin embargo, algunas restricciones, aunque el Gobierno finlandés no lo reconoce. Pero el término finlandización ha venido a significar un cierto control indirecto de Moscú sobre Helsinki.

Junto a esto, en la política nórdica cabe señalar que Dinamarca y Noruega, miembros de la OTAN, no mantienen tropas extranjeras ni armas nucleares en su territorio en tiempo de paz. Pero en todos estos casos la neutralidad no implica simplemente una declaración, sino una política activa en este sentido.

Austria, por su parte, fue neutralizada en 1955, cuando las cuatro potencias -URSS, Estados Unidos, Francia y Reino Unido- firmaron el tratado del Estado austríaco, poniendo fin a la ocupación que mantenían en ese país desde el final de la guerra.

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