La Guardia Civil reprimió una protesta de los pasajeros del vuelo Madrid-Valencia

Una dotación de la Guardia Civil irrumpió a mediodía de ayer a bordo del avión de la compañía Iberia que había de efectuar el vuelo 424 de Madrid a Valencia para sofocar la protesta de los pasajeros, que mantenían su negativa a sentarse entre tanto la compañía Iberia no diera la oportuna explicación al retraso en el despegue. El aparato tenía anunciada la salida para las 13 horas y no despegó hasta las 16 horas. A bordo del mismo viajaba la Orquesta Filarmónica de Londres y el diputado del Centro Democrático y Social Manuel Gallent.Al parecer, tras el considerable retraso que sufría la salida...

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Una dotación de la Guardia Civil irrumpió a mediodía de ayer a bordo del avión de la compañía Iberia que había de efectuar el vuelo 424 de Madrid a Valencia para sofocar la protesta de los pasajeros, que mantenían su negativa a sentarse entre tanto la compañía Iberia no diera la oportuna explicación al retraso en el despegue. El aparato tenía anunciada la salida para las 13 horas y no despegó hasta las 16 horas. A bordo del mismo viajaba la Orquesta Filarmónica de Londres y el diputado del Centro Democrático y Social Manuel Gallent.Al parecer, tras el considerable retraso que sufría la salida del vuelo, algunos pasajeros, entre los que figuraba el diputado del Grupo Mixto del Congreso Manuel Gallent, decidieron no abrocharse los cinturones y permanecer de pie, mientras la compañía Iberia no ofreciese una explicación razonable. La iniciativa fue seguida por el resto de los viajeros.

Según Gallent, "inesperadamente irrumpió una dotación de la Guardia Civil, armada con metralletas y faltando a las mínimas normas de respeto que merecía el pasaje".

El incidente tomó mayores proporciones cuando un músico de la Orquesta Filarmónica de Londres inició con su trompeta los compases del pasodoble Viva España. A otro de los músicos, que tomó una fotografía, un miembro de la Benemérita le arrebató la cámara, que le fue devuelta una vez velado el carrete. Los pasajeros llenaron al menos siete folios con sus quejas en el libro de reclamaciones de Iberia.

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