Rafael Mújica y Antonio Guillén
no alegaron nada tras ser detenidos por su presunta participación en un robo de joyas en la ciudad venezolana de Valencia. La policía interpretó como culpabilidad tal mutismo y ambos fueron a la cárcel. Poco después se demostró que su silencio se debía al hecho de ser sordomudos. Curiosamente, una de las razones citadas en la denuncia contra ambos era "ofender de palabra a los funcionarios policiales"....
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no alegaron nada tras ser detenidos por su presunta participación en un robo de joyas en la ciudad venezolana de Valencia. La policía interpretó como culpabilidad tal mutismo y ambos fueron a la cárcel. Poco después se demostró que su silencio se debía al hecho de ser sordomudos. Curiosamente, una de las razones citadas en la denuncia contra ambos era "ofender de palabra a los funcionarios policiales".