La jura del príncipe

En el día de su 18º aniversario, y emplazado por un precepto inexcusable de nuestra ley fundamental, don Felipe de Borbón y Grecia, Príncipe de Asturias, de Girona y de Viana, heredero de 40 generaciones de monarcas soberanos que profundizan sus raíces plurales hasta don Pelayo en Asturias, Iñigo Arista en Navarra y Guifré el Pilós en Cataluña, causará baja justificada en sus obligaciones como caballero cadete en la Academia Militar de Zaragoza para jurar fidelidad a la Constitución que pavimenta su legítima y serena ascensión al trono de sus mayores para cuando llegue el momento del relevo. L...

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En el día de su 18º aniversario, y emplazado por un precepto inexcusable de nuestra ley fundamental, don Felipe de Borbón y Grecia, Príncipe de Asturias, de Girona y de Viana, heredero de 40 generaciones de monarcas soberanos que profundizan sus raíces plurales hasta don Pelayo en Asturias, Iñigo Arista en Navarra y Guifré el Pilós en Cataluña, causará baja justificada en sus obligaciones como caballero cadete en la Academia Militar de Zaragoza para jurar fidelidad a la Constitución que pavimenta su legítima y serena ascensión al trono de sus mayores para cuando llegue el momento del relevo. Lejanos están los tiempos en que la bandera del constitucionalismo y la soberanía popular se consideraba incompatible con la enseña flordelisada de los príncipes. Ahora conviven juntas, como prenda de paz y de estabilidad, sin que lo tradicional sofoque lo moderno y sin que los anhelos de progreso tengan que retroceder ante la idolatría del pasado.Contemplada desde la perspectiva del conjunto español y de su proyección global ante el mundo, el juramento de este Príncipe-cadete cobra un sentido de reválida y reafirmación europea y occidental que trasciende, sin empañarlo ni empequeñecerlo, lo español.(...)

30 de enero

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