Se abre la vía para un "tapado"

El rechazo, por segunda vez, de la investidura de Gerardo Fernández Albor como presidente de la Xunta de Galicia abre la posibilidad de que un nuevo nombre venga a sustituirle como candidato, apoyando la tesis del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, cuando éste habló, a finales de octubre, de la existencia de un tapado para la presidencia del Gobierno autónomo gallego. Dirigentes de Coalición Galega (CG), el partido reformista que, con sus once escaños, tiene la clave para la elección del candidato, justificaron ayer su negativa a Albor en su programa "vago e impreciso", inform...

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El rechazo, por segunda vez, de la investidura de Gerardo Fernández Albor como presidente de la Xunta de Galicia abre la posibilidad de que un nuevo nombre venga a sustituirle como candidato, apoyando la tesis del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, cuando éste habló, a finales de octubre, de la existencia de un tapado para la presidencia del Gobierno autónomo gallego. Dirigentes de Coalición Galega (CG), el partido reformista que, con sus once escaños, tiene la clave para la elección del candidato, justificaron ayer su negativa a Albor en su programa "vago e impreciso", informa Elisardo Vázquez.

Mariñas señaló en el minidebate que precedió a la votación de ayer que en los ánimos de los diputados de CG pesaban las actuaciones de Albor en las crisis internas de los reformistas. Concretamente, aludió a la escisión de Coalición Galega en Orense. Otros dirigentes de CG declararon ayer que ahora sería políticamente inaceptable que el presidente del Parlamento, Antonio Rosón, presentase de nuevo a Albor como candidato, lo que parece indicar el deseo reformista de que una personalidad diferente ocupe la Xunta.

Sin embargo, Manuel Fraga declaró anoche que, si los demás partidos no presentan otro candidato, Coalición Popular volverá a presentar a Albor. Fraga dijo que lo ocurrido anoche en Galicia "clarifica la función que dicen cumplir los partidos bisagra" y admitió que el rechazo de la candidatura de Fernández Albor, propiciada por la votación contraria de CG, socialistas y Esquerda Galega, era "una mala noticia". A partir de ahora comenzarán más en serio las conversaciones entre Coalición Galega y Coalición Popular en busca de un acuerdo en torno a las Seis medidas para moralizar la vida pública gallega, acuerdo exigido por los reformistas para facilitar la elección de un presidente de la Xunta y que tiene como principal reivindicación el control parlamentario de las cuatro diputaciones provinciales. Por su parte, los socialistas también esperan llegar a un acuerdo con CG para formar el llamado Gobierno de progreso.

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