'Un socialista de toda la vida' que aspira a vivir en Downing Street

Neil Kinnock, el galés pelirrojo de 43 años que, como líder del laborismo británico y jefe de la oposición de su majestad, pretende convertirse en el próximo primer ministro del Reino Unido, es un hombre de convicciones profundas y socialista de toda la vida.

Nacido en los valles del sur de Gales el 28 de marzo de 1942, hijo de un minero y una enfermera -ambos militantes laboristas-, Kinnock confiesa que "la primera llamada" del socialismo la recibió a los 10 años, cuando escuchó un discurso de uno de los grandes líderes sindicales y ministro de la Administración de Atlee, An...

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Neil Kinnock, el galés pelirrojo de 43 años que, como líder del laborismo británico y jefe de la oposición de su majestad, pretende convertirse en el próximo primer ministro del Reino Unido, es un hombre de convicciones profundas y socialista de toda la vida.

Nacido en los valles del sur de Gales el 28 de marzo de 1942, hijo de un minero y una enfermera -ambos militantes laboristas-, Kinnock confiesa que "la primera llamada" del socialismo la recibió a los 10 años, cuando escuchó un discurso de uno de los grandes líderes sindicales y ministro de la Administración de Atlee, Aneurin Nye Bevan, pronunciado en las laderas de una montaña en su Tredegar natal.

Esa impresión se materializó cuatro años más tarde, cuando Kinnock decidió afiliarse al Partido Laborista local, después de escuchar un discurso en contra de la intervención anglo-francesa de Suez. El futuro líder del laborismo tuvo que mentir sobre su edad para ser admitido, ya que la edad mínima de militancia eran los 16 años.

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Kinnock, típico producto de un país como Gales, que ha producido y sigue produciendo una gran mayoría de políticos británicos, desde Lloyd George hasta James Callaghan, pasando por sir Geoffrey Howe y Michael Heseltine, no fue un estudiante espectacular. Su título en Historia y Relaciones Industriales por la universidad de Cardiff le costó dos convocatorias, después de ser suspendido en la primera. Sin embargo, en la universidad se hizo inmediatamente famoso por su oratoria, brillante y fogosa, y su personalidad, totalmente extravertida, como buen galés.

A pesar de su amor a Gales -reflejado, entre otras cosas, por sus aficiones típicamente galesas, como el rugby, sus continuas andanzas por los valles y su afición a los coros-, Kinnock no es un nacionalista galés.

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20 años de carrera política

Su carrera política comenzó en 1966, cuando realizó una campaña en Cardiff a favor de la reelección de Callaghan. Fue entonces cuando conoció al futuro líder del partido, Michael Foot, quien desde el principio le tomó bajo su protección. En 1974, Foot, ministro de Empleo en el Gobierno de Harold Wilson, le nombró su secretario parlamentario privado, y cinco años más tarde, el pelirrojo galés se convirtió en el ministro de Educación en la sombra después de la victoria conservadora.La seguda victoria conservadora de 1983 y la retirada de Foot como líder del laborismo dio la oportunidad a Kinnock de conseguir el puesto de su mentor político. En octubre de ese año, y con un programa netamente izquierdista, Kinnock se convertía en jefe de las filas laboristas, después de derrotar al candidato de la derecha y centro socialista, el ex ministro de Defensa y de Hacienda Denis Healey.

Casado con una mujer extraordinaria, Glenys, que muchos consideran su motor, Kinnock está tratando de mover el laborismo hacia el centro.

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