OTAN, sí; OTAN, no

Da la impresión, por lo que leemos en sus editoriales (véase EL PAÍS del 12 de diciembre), que el tema de la OTAN es algo ya zanjado: que nos vamos a quedar, sea cual sea la voluntad de los españolitos de a pie. Tal vez sea eso lo que se susurra en los mentideros políticos de Madrid. Pero no es eso lo que pensamos muchos españoles (la mayoría, a juzgar por las encuestas). Pensamos que el pueblo aún tiene, pese a lo que muchos desearían, una oportunidad para manifestar su voluntad: el referéndum.No se trata de una cuestión de política interior, aunque, desde luego, tenga repercusiones en...

Da la impresión, por lo que leemos en sus editoriales (véase EL PAÍS del 12 de diciembre), que el tema de la OTAN es algo ya zanjado: que nos vamos a quedar, sea cual sea la voluntad de los españolitos de a pie. Tal vez sea eso lo que se susurra en los mentideros políticos de Madrid. Pero no es eso lo que pensamos muchos españoles (la mayoría, a juzgar por las encuestas). Pensamos que el pueblo aún tiene, pese a lo que muchos desearían, una oportunidad para manifestar su voluntad: el referéndum.No se trata de una cuestión de política interior, aunque, desde luego, tenga repercusiones en este terreno. Pero de lo que se trata fundamentalmente es de una cosa muy simple -y muy compleja- que algunos parecen olvidar: ¿queremos quedarnos o salir de la OTAN? A esa pregunta han de responder los españoles, y a su respuesta debe atenerse el Gobierno. Porque ¿será capaz este Gobierno de desobedecer al pueblo soberano?

Ésa es la única cuestión. Votan tes del PSOE, de la derecha o abs tencionistas, de lo que se trata es, más allá de todo partidismo, dé decidir sobre nuestra salida de la OTAN.-