Reportaje:BAJO EL UMBRAL DE LA POBREZA

'Ricos' en en pesimismo

Del conjunto de los pobres urbanos, un 51,6% cree que vive igual que hace un año; un 24,2% cree que su situación ha empeorado y un 22,6%. aprecia una mejoría en su vida. Tampoco es más halagüeña su visión del futuro: sólo un 10% se arriesga a creer que mejorará en el año venidero; el resto teme que empeorará (37%) o que seguirá aguí al (36,6%), o no tiene ni idea del color del porvenir (10%)."¿Por qué hay pobres?", les inquiere el encuestador. Entre ellos mismos no hay consenso sobre las causas últimas de su situación: Un 39,8% lo atribuye a que la sociedad es injusta; otro 26,0% se resigna a ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Del conjunto de los pobres urbanos, un 51,6% cree que vive igual que hace un año; un 24,2% cree que su situación ha empeorado y un 22,6%. aprecia una mejoría en su vida. Tampoco es más halagüeña su visión del futuro: sólo un 10% se arriesga a creer que mejorará en el año venidero; el resto teme que empeorará (37%) o que seguirá aguí al (36,6%), o no tiene ni idea del color del porvenir (10%)."¿Por qué hay pobres?", les inquiere el encuestador. Entre ellos mismos no hay consenso sobre las causas últimas de su situación: Un 39,8% lo atribuye a que la sociedad es injusta; otro 26,0% se resigna a creer que siempre habrá pobres y ricos y un 8,5%. lo achaca a la mala suerte. Y no falta quien se autorreprocha no haberse esforzado bastante por salir de tal sima (1,9%).

Más información

Fatalismo y autocensura pesan tanto como la visión crítica del mundo. "¿Cómo salir de la pobreza?" Sólo una minoría (5,3%) es partidaria de la fuga individual, es decir, de la autopromoción. Otro 11,6% cifra su salvación en la unión y la organización de los pobres. Un 29,9% deposita su confianza en la colaboración de instituciones de ayuda social. Finalmente, la mayoría (47,1 %) apuesta decididamente por una amplia transformación social. Optan por tal vía los pobres más cualificados por ingresos y educación.

Al cruzar tales opiniones de los pobres urbanos con sus opciones religiosas y electorales se extraen jugosos datos: los católicos son los menos proclives a la transformación social, al contrario que los no creyentes, y, por ende, confían más en la promoción individual o en la ayuda de las instituciones.

Esto tiene su correlato electoral: los pobres urbanos que votaron en 1982 por Coalición Popular (9,4%) y UCD (2%) son los que menos confían en cambiar la sociedad.

Los electores del CDS (2%) se distinguen por confiar en la ayuda institucional como mejor arma contra la pobreza. Los votantes, en este colectivo, del PCE (8%) y, en menor medida, los del PSOE (68%), apenas conceden crédito a toda otra fórmula que no implique transformar la sociedad. Los pobres de las ciudades, por su opción electoral, demuestran tener casi dos tercios menos de confianza en Coalición Popular, UCD y CDS que sus compatriotas más adinerados. El PSOE superó entre los pobres urbanos su nivel de votos en casi en un 20% y el PCE prácticamente lo dobló.

Los campesinos pobres perciben su situación familiar en los mismos tonos sombríos de su blanquinegro televisor: El 85% no ha experimentado mejoría con respecto al año precedente. No son mejores sus augurios para el año venidero, que distan de esperarlo feliz y próspero: Sólo un 7% osa confiar que su situación mejorará.

Puestos a pedir, casi la mitad de ellos cifran en el trabajo su reivindicación más urgente. Otro 21% se limita a pedir más dinero sin mayores conjeturas sobre su procedencia y un 17% reclama profundos cambios socioeconómicos. Y hay un minúsculo sector (0,8%) cuyo mayor deseo es acabar con la inseguridad ciudadana.

En 1982 los campesinos pobres votaron por el PSOE en un 35,7% -un 13% menos que a nivel nacional-, un 5,8%. optó por el PCE y un 19%, 7% menos que en toda España, apoyó a Coalición Popular.

Archivado En