SEGUNDA VUELTA ELECTORAL EN GUATEMALA

El democristiano Vinicio Cerezo, virtual vencedor hoy en Guatemala

El candidato democristiano Vinicio Cerezo, un abogado de 42 años y de la izquierda moderada, tiene casi seguro el triunfo, por fuerte mayoría, en la segunda vuelta de la elección presidencial de Guatemala frente al de la Unión del Centro Nacional, el periodista de 53 años Jorge Carpio, que en la campaña electoral se desenmascaró como un claro derechista.En la primera vuelta de las elecciones de Guatemala, el pasado 3 de noviembre, Cerezo aventajó a Carpio en 300.000 votos. Cerezo consiguió un 38,5% de votos, y Carpio, el segundo de los candidatos presidenciales, rebasó apenas el 20%. La...

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El candidato democristiano Vinicio Cerezo, un abogado de 42 años y de la izquierda moderada, tiene casi seguro el triunfo, por fuerte mayoría, en la segunda vuelta de la elección presidencial de Guatemala frente al de la Unión del Centro Nacional, el periodista de 53 años Jorge Carpio, que en la campaña electoral se desenmascaró como un claro derechista.En la primera vuelta de las elecciones de Guatemala, el pasado 3 de noviembre, Cerezo aventajó a Carpio en 300.000 votos. Cerezo consiguió un 38,5% de votos, y Carpio, el segundo de los candidatos presidenciales, rebasó apenas el 20%. La ley electoral prevé la segunda vuelta de hoy, domingo, entre los dos candidatos más votados, pero la diferencia entre los dos en la primera ronda y la mala campaña de Carpio han dejado reducida la elección de hoy a un puro trámite.

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Los democristianos aseguran que van a rebasar el 70%, lo que puede ser parte de una táctica para desmoralizar todavía más a los llamados centristas. El índice de abstención puede arrojar una sombra sobre el porvenir democrático de Guatemala si resultase muy elevado. La derecha ultramontana podría utilizar en el futuro las cifras de abstención para intentar desestabilizar al futuro presidente.

La campaña electoral de Cerezo estuvo marcada por el signo del triunfalismo. El candidato rebosaba optimismo en marchas colectivas que aparecían en los eslóganes de la televisión. Carpio se centró en una campaña sombría y derechista en la que el argumento más decisivo contra los democristianos fue sacar a relucir el fantasma de El Salvador. Con horribles imágenes de guerra y matanzas en el vecino país, Carpio trató de sugerir al electorado guatemalteco que Cerezo traerá los mismos males que su correligionario Napoleón Duarte en El Salvador.

En sus últimas palabras a los electores, la noche del jueves, Carpio insistió en sus tópicos contra la "izquierda disfrazada que sembrará la anarquía, la escasez, el desempleo y la violencia", que se aprecian en una de las películas propagandísticas, acompañada del ruido de disparos, y de la guerra. En su discurso final, interrumpido por alguna vacilación y carraspeo, Carpio se refirió a la democracia cristiana como una transnacional política que "responde a consignas extrañas" y "recibe ayuda externa".

Carpio aseguró que "nos llevaría a una guerra" y añadió que "no queremos que nuestros jóvenes vayan a morir a tierras extrañas". La propia posición la presentó el candidato centrista como "orgullosamente guatemalteca, arraigada en nuestros más puros valores nacionalistas, alentada por hombres que se confunden con los más altos intereses de la patria".

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'Peligroso izquierdista'

Carpio se ha esforzado en presentar a Cerezo como un peligroso izquierdista entregado a los intereses del extranjero que llevará al país a la guerra.Esta argumentación ha calado poco en un pueblo que en el plazo de un mes parece haber recobrado seguridad y la confianza de que algo puede cambiar en el futuro. Se palpa en el ambiente de la capital que la gente ha perdido mucho miedo.

Los cálculos de Carpio de capitalizar y recoger los votos de la derecha tradicional, derrotada clamorosamente por su gran desunión en la primera vuelta, parecen haber sido las cuentas de la lechera.

La derecha clásica de Guatemala no perdona a Carpio su aparición en la escena política con sus planteamientos centristas y no ha hecho ningún llamamiento para dar el voto por el periodista, aunque se ha esforzado, en su campaña derechista y anticomunista, en recoger los votos perdidos y divididos de todas las derechas de Guatemala. A Carpio sólo le queda la posibilidad de perder con dignidad. Su futuro político es muy problemático, porque no ocupará escaño presidencial y en la próxima convocatoria a elecciones presidenciales no podrá competir por una curiosa circunstancia.

El candidato a vicepresidente con Cerezo es precisamente Roberto Carpio, de 55 años, hermano mayor del Carpio que aspira a la presidencia. Por precepto constitucional, no podrán optar a la presidencia o vicepresidencia de la República los parientes del presidente o vicepresidente hasta el cuarto grado de consanguinidad. Al ser elegido Cerezo presidente y el hermano de Carpio vicepresidente, el actual candidato centrista queda incapacitado para intentar de nuevo llegar a la presidencia en las próximas elecciones.

Democracia vigilada

Los intentos de Carpio por presentar a Cerezo como un peligroso izquierdista son una maniobra política que no responde a la realidad. Cerezo es un político profesional, con un fuerte carisma personal, que parece capaz de adaptarse a las circunstancias. El olfato político le advierte a Cerezo hasta dónde puede ir y cuáles son los tabús de la política guatemalteca.Con la elección presidencial de hoy, Guatemala sólo habrá llegado a adquirir la categoría de democracia vigilada. Son muchas las fuerzas, en el sentido estricto de la palabra, que están a la espera de que Cerezo dé un tropezón grave para buscar un pretexto que les devuelva la dominación tradicional.

Pero el futuro presidente contará de momento con dos elementos importantes. Estados Unidos está interesado en sacar adelante la democracia, formal al menos, en Centroamérica como argumento frente a Nicaragua. El Ejército guatemalteco se retira a los cuarteles en un total desprestigio, tras haber demostrado que su principal capacidad fue la de llevar al país a la ruina tras 30 años de violencia y represión.

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