Cartas al director

La OTAN y los sabios

Errar es de sabios; pero ¿es Felipe González un sabio? Parece ser, dados sus cambios, que no sólo es un sabio sino que se halla en poder de una sabiduría más propia de dioses que de mortales. Y los electores, ¿son sabios? Los electores son sabios cuando eligen a sus representantes, porque entonces sí tienen capacidad de ráciocinio. Siguiendo este razonamiento, hay más electores sabios socialistas que electores sabios de Afianza Popular. Por otro lado, los electores son ignorantes y se dejan llevar por impulsos irracionales cuando han de votar en el referéndum sobre la entrada o s...

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Errar es de sabios; pero ¿es Felipe González un sabio? Parece ser, dados sus cambios, que no sólo es un sabio sino que se halla en poder de una sabiduría más propia de dioses que de mortales. Y los electores, ¿son sabios? Los electores son sabios cuando eligen a sus representantes, porque entonces sí tienen capacidad de ráciocinio. Siguiendo este razonamiento, hay más electores sabios socialistas que electores sabios de Afianza Popular. Por otro lado, los electores son ignorantes y se dejan llevar por impulsos irracionales cuando han de votar en el referéndum sobre la entrada o salida de España en la OTAN.La respuesta aesta falta de sabiduría la achacan los políticos a la desinformación de los electores. Al margen de que a los electores se les está secando la boca de pedir información, uno empieza a sospechar que ni los propios políticos están muy enterados del tema. Al fin y al cabo, los políticos son abogados mayoritariamente y pueden saber mucho de abogacía, pero no de lo que nos atañe. ¡Extraño privilegio éste de ser sólo unos pocos los ignorantes! La otra cuestión que se plantea sobre la OTAN hace referencia a si Felipe González, cuando aún no era presidente, sabía las consecuencias que su promesa electoral podía acarrear. Si no lo sabía, demostraría una de las cotas más altas de ignorancia política; si lo sabía, "mala sangre debe correr por sus venas", como dirían en su tierra.

Concluyendo. A Felipe González le va a pesar toda su vida haber dicho lo que dijo. Una persona que tiene la posibilidad de ser presidente (y en 1982 lo tenía muy claro) no se puede permitir el lujo de desconocer la realidad.-

Barcelona.

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