Tribuna:

IVA

A fin de cuentas, si la publicidad ha promovido unas patatas fritas con sabor a bacon, ¿por qué no iba a promocionar un impuesto? De otra parte, el IVA es más que un impuesto. Es una marca, una circuncisión, un tributo iniciático para acceder a la Comunidad Europea. La Administración espera que no quede ninguna sospecha en este punto. Si se hace propaganda de un tributo es ante todo para que la gente aprenda a amarlo. En un sentido rudimentario, es el mismo caso que el de la tónica Schweppes. Hoy el cliente no considera una desventaja su gusto amargo, le ha descubierto propiedades para ...

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A fin de cuentas, si la publicidad ha promovido unas patatas fritas con sabor a bacon, ¿por qué no iba a promocionar un impuesto? De otra parte, el IVA es más que un impuesto. Es una marca, una circuncisión, un tributo iniciático para acceder a la Comunidad Europea. La Administración espera que no quede ninguna sospecha en este punto. Si se hace propaganda de un tributo es ante todo para que la gente aprenda a amarlo. En un sentido rudimentario, es el mismo caso que el de la tónica Schweppes. Hoy el cliente no considera una desventaja su gusto amargo, le ha descubierto propiedades para combinar con licores y algunas virtudes como quitamanchas. La asociación parece tan directa entre el IVA y Schweppes que la imagen en que el nuevo impuesto se, ha corporeizado es una botella de líquido transparente y con burbujas. El socialismo moderno sabe muy bien cómo tratar estos problemas.Los españoles, hoy por hoy, no poseen una idea demasiado completa de lo que conlleva el ingreso en el Mercado Común. Poco más o menos, el fatal lanzamiento a, ese espacio anchuroso produce agorafobia, y si encima hay que pagar impuestos sobre el valor añadido, la desazón aumenta. No hay que permitir, sin embargo, que llegue el día de la CEE y la población cruce el umbral de un modo taciturno. Los anuncios del IVA silencian lo que pesa el IVA, y sólo ahora, con dos meses de plazo, aparece la primera manifestación oficial sobre su funcionamiento. Dentro de la molicie con que se va llegando a la fausta fecha del 1 de enero de 1986, sólo la abstracción del IVA convertido en tónica aparece abriendo los brazos al recibimiento.

Mazinger Z de la contribución comunitaria, seña de la nueva condición europea de los españoles, su anagrama es hoy el emblema que se iza por las vallas, las páginas o las pantallas del televisor. El Mercado Común que esperamos desde el origen de los siglos se ha sintetizado en esa escuálida y amarga voz: IVA. Pero la jovial publicidad hace prodigios, y hasta, a veces, parece que se lea VIVA Nos lían. Pero eso es, de otra parte, la tónica.

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