Decepción y sorpresa por el desarrollo del debate Fabius-Chirac
El esperado debate, televisado en directo en la noche del lunes, entre el primer ministro francés, el socialista Laurent Fabius, y el líder de la oposición, Jacques Chirac, dejó a la mayoría de los franceses decepcionados y sorprendidos. Decepcionados, porque no se discutieron en profundidad los temas económicos que les preocupan, y sorprendidos, porque los dos protagonistas no respondieron a la imagen que se hacían de ellos, sino más bien a la contraria.
El primer ministro, que había jugado hasta ahora con su imagen de hombre de consenso, poco dado a las batallas, utilizó u...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El esperado debate, televisado en directo en la noche del lunes, entre el primer ministro francés, el socialista Laurent Fabius, y el líder de la oposición, Jacques Chirac, dejó a la mayoría de los franceses decepcionados y sorprendidos. Decepcionados, porque no se discutieron en profundidad los temas económicos que les preocupan, y sorprendidos, porque los dos protagonistas no respondieron a la imagen que se hacían de ellos, sino más bien a la contraria.
El primer ministro, que había jugado hasta ahora con su imagen de hombre de consenso, poco dado a las batallas, utilizó un tono especialmente agresivo, buscando continuamente provocar a su oponente. Chirac, que es famoso por sus reacciones violentas, logró, por el contrario, mantener una actitud tranquila y una apariencia de político sosegado.
Según los primeros sondeos, la mayoría de los franceses cree que Fabius se anotó más puntos que Chirac en la primera parte de la entrevista, pero que en la segunda su postura de suficiencia y sus continuas interrupciones le hicieron perder terreno. Al término de la hora y media que duró el programa, Chirac tenía un ligero avance sobre el primer ministro.
Fabius formuló a su interlocutor 19 preguntas, en un tono incisivo y exigiendo respuestas tipo sí o no, mientras que Chirac le dirigió solamente nueve y se esforzó más en explicar su programa. Cada uno pronunció unas 7.000 palabras.