Un líder aclamado y callado
El ex lendakari Carlos Garaikoetxea acudió a la celebración del Alderdi Eguna y permaneció en la tribuna de los oradores, tal y como se lo había solicitado Jesús Insausti. Su salida del recinto será, probablemente, comentada durante mucho tiempo en los círculos nacionalistas. Garaikoetxea recorrió prácticamente en volandas los 300 metros que separaban el palco de donde estaba aparcado su vehículo.
Un nutrido grupo de fieles seguidores se convirtió en el enfervecido séquito de Garaikoetxea quien, apenas sin percatarse por dónde pisaba, atendía, emocionado, a los saludos de qui...
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El ex lendakari Carlos Garaikoetxea acudió a la celebración del Alderdi Eguna y permaneció en la tribuna de los oradores, tal y como se lo había solicitado Jesús Insausti. Su salida del recinto será, probablemente, comentada durante mucho tiempo en los círculos nacionalistas. Garaikoetxea recorrió prácticamente en volandas los 300 metros que separaban el palco de donde estaba aparcado su vehículo.
Un nutrido grupo de fieles seguidores se convirtió en el enfervecido séquito de Garaikoetxea quien, apenas sin percatarse por dónde pisaba, atendía, emocionado, a los saludos de quienes le reclamaban,
Muchos de ellos -que no cesaban de preguntarle, en voz alta, "¿qué será de nuestro partido con tantos fuera y tantas divisiones?"- lucían en el pecho una pegatina que llevaba el dibujo del mapa de Euskadi, con la provincia de Navarra descolgada, y en la que se podía leer, en euskera, "no estamos todos".
Durante todo el acto Garaikoetxea había permanecido callado y atento a los discursos, sentado en la presidencia, entre el lendakari Ardanza y el presidente del PNV de Guipúzcoa, Joseba Arregui. Garaikoetxea tan sólo ovacionó tímidamente a Ardanza al finalizar su discurso y permaneció inmóvil ante los mensajes de los dirigentes de su partido.