Los combates de Trípoli han producido ya 115 muertos

Los cinco días de combate casi ininterrumpido del segundo asedio de Trípoli, la ciudad más importante de Líbano después de Beirut, han costado hasta ahora la vida a 115 personas, mientras otras 385 resultaban heridas. Muchas de las víctimas son civiles, pero también hay milicianos de Movimiento de Unificación Islámica (MUI, integrista suní) y de su adversario, el Partido Árabe Democrático (PAD, alauí prosirio).A finales de 1983, el líder de la Organización de Liberación Palestina (OLP), Yasir Arafat, y sus partidarios se enfrentaron durante más de dos meses en esa misma ciudad con los d...

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Los cinco días de combate casi ininterrumpido del segundo asedio de Trípoli, la ciudad más importante de Líbano después de Beirut, han costado hasta ahora la vida a 115 personas, mientras otras 385 resultaban heridas. Muchas de las víctimas son civiles, pero también hay milicianos de Movimiento de Unificación Islámica (MUI, integrista suní) y de su adversario, el Partido Árabe Democrático (PAD, alauí prosirio).A finales de 1983, el líder de la Organización de Liberación Palestina (OLP), Yasir Arafat, y sus partidarios se enfrentaron durante más de dos meses en esa misma ciudad con los disidentes palestinos respaldados por Damasco. Exactamente dos años después, sus herederos políticos luchan también entre ellos en ese mismo escenario.

El MUI, dirigido por el clérigo musulmán suní Saad Chaban, se adueñó en 1983, con la ayuda de Arafat, de Trípoli, importante aglomeración urbana de 400.000 habitantes situada unos 80 kilómetros al norte de Beirut. El líder de la OLP, tras marcharse de allí, entregó a Saad Chaban todas sus armas pesadas y últimamente le seguía enviando municiones y dinero por vía marítima.

El PAD, en cuyas filas sólo militan alauíes, correligionarios de los dirigentes que ostentan el poder en Damasco, se impuso, también por aquellas fechas, en algunos suburbios tripolitanos gracias al apoyo sirio. Iniciados tras un trivial incidente de rutina, la dimensión política de los combate encarniza dos quedó de relieve cuando el PAD exigió el jueves, para reanudar el diálogo tendente a establecer un alto el fuego, que el puerto estuviese controlado por una unidad del Ejército sirio, que impediría su utilización por los palestinos. El PAD pidió, asimismo, que saliera de la ciudad el batallón Yarmuk, compuesto, según este grupo armado, por 400 fedayines.

Chaban no sólo negó la existencia de este batallón en su feudo, sino que acusa a diario a las fuerzas armadas sirias, apostadas en los accesos a la ciudad, de ayudar sobre el terreno a su enemigo. Al mismo tiempo, les invita a "ir a mostrar sus músculos en los altos del Golán o en Palestina". A pesar de ser de confesión suní, Chaban se ha dirigido al máximo dignatario religioso shií, el ayatollah Jomeini, con el que mantiene excelentes relaciones, para solicitar su mediación en el conflicto.

Ni luz eléctrica ni agua

Mientras esperan con ansias la anunciada llegada de una delegación castrense siria que, a petición del primer ministro libanés, Rachid Karami, desempeñaría a la vez un papel de árbitro y parte para poner fin a los enfrentamientos, los 120.000 habitantes de la ciudad que no la han abandonado permanecen refugiados en sus sótanos y garajes sin luz eléctrica ni agua y con cada vez menos alimentos básicos. Karami, que se encuentra en Trípoli, su ciudad natal, desde el viernes por la noche, tiene previsto entrevistarse con el general Saceed Bairakdar, jefe de las fuerzas sirias en Líbano, para intentar poner fin a los enfrentamientos, segun anunció ayer Radio Beirut.Aprovechando, sin embargo, las breves treguas de los 13 altos el fuego decretados en cinco días, la mayoría de la población ha preferido ponerse a salvo de los bombardeos indiscriminados y de los incesantes tiroteos de este nuevo pulso indirecto que, en territorio libanés, libran Arafat y el presidente sirio, Hafez el Assad. La violencia ni siquiera evita los hospitales. En la madrugada del sábado cayeron 18 proyectiles de artillería sobre el de Zahra, situado en una zona en manos del PAD, que provocaron la muerte de 15 enfermos y miembros del personal hospitalario.

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