Tribuna:

La bolsa rompe la cota 109% con un tranquilo goteo a la baja

La bolsa no ha presentado una tendencia clara a lo largo de la semana, aunque en la segunda parte se haya inclinado tímidamente por la senda descendente. El ensayo de ruptura de la cota 109%, realizada el jueves, se ha profundizado el viernes, aunque no parece que vaya a producirse una caída hasta el 105%, tal y como auguran algunos analistas técnicos.Tampoco existen demasiados datos pare ser optimistas, pero es significativo que el volumen de contratación haya subido en la última fase de la tanda. Dejando aparte los 8.000 millones de pesetas que se aplicaron el martes en Telefónica para hacer...

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La bolsa no ha presentado una tendencia clara a lo largo de la semana, aunque en la segunda parte se haya inclinado tímidamente por la senda descendente. El ensayo de ruptura de la cota 109%, realizada el jueves, se ha profundizado el viernes, aunque no parece que vaya a producirse una caída hasta el 105%, tal y como auguran algunos analistas técnicos.Tampoco existen demasiados datos pare ser optimistas, pero es significativo que el volumen de contratación haya subido en la última fase de la tanda. Dejando aparte los 8.000 millones de pesetas que se aplicaron el martes en Telefónica para hacer frente a la salida de esta sociedad en la Bolsa de Tokio, en las dos primeras jornadas el negocio se mantuvo en torno a 800 millones de pesetas, mientras que en los tres últimos se han superado con creces los 1.000 millones. Este incremento no apunta en una dirección bajista.

Y sin embargo, el mercado navega en un mar de dudas e incertidumbres, cuando no de realidades poco gratificantes. Es cierto que la bolsa ha despreciado a lo largo del mes de agosto y en la primera parte de septiembre todos los datos coyunturales positivos que se publicaron, pero en estos momentos todo hace suponer que cualquier cifra negativa influirá para mal y con todas sus consecuencias.

Los inversores extranjeros parecen apostar por una depreciación de la peseta, por lo que se han apresurado a salirse de Madrid para volver más tarde comprando a precios más bajos. Pero eso no es lo peor, sino que esa corriente vendedora ha llegado a las instituciones bancarias justo en unos momentos en que éstas no reciben órdenes nacionales. En consecuencia, las grandes carteras han optado por mantenerse a la espera, sin forzar sus posiciones en renta variable, para dedicarse a los pagarés del Tesoro, menos rentables pero más seguros.

Así, el descenso del precio del dinero no ha influido positivamente en la bolsa. Justo todo lo contrario que los próximos Presupuestos del Estado, que no reflejan, por ahora, ese esperado favorable tratamiento fiscal para la inversión en capital de riesgo. Además, el carácter regresivo de los mismos no favorece la inversión, como no ha tardado en poner de relieve la patronal.

La bolsa no ha valorado por ahora que la economía española no se puede permitir el lujo de lanzarse por una vía netamente expansiva, y que el Gobierno ha sido valiente al presentar esta filosofía presupuestaria con una elecciones a la vista. Pero los inversores se sienten intranquilos con el aumento del déficit hasta 1,42 billones de pesetas, con el aumento de casi un 29% en los gastos financieros, con el recorte del 20% en las inversiones reales y con el tratamiento de minusvalías y plusvalías.

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