Jueces de Italia, Francia, y España investigan la 'guerra sucia' contra ETA

Jueces italianos, franceses y españoles mantienen desde junio un frecuente intercambio de información sobre las actividades de ultraderechistas, que incluyen la guerra sucia contra etarras. En la documentación reunida por dichos magistrados existen indicios de que servicios; de información españoles han tenido alguna relación con atentados en el sur de Francia contra terroristas de ETA.

Uno de los informes en poder de los magistrados, elaborado por la Comisaría General de Información española, revela la confesión de Giuseppe Calzona, presunto miembro de los Grupos Antiterroristas de Lib...

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Jueces italianos, franceses y españoles mantienen desde junio un frecuente intercambio de información sobre las actividades de ultraderechistas, que incluyen la guerra sucia contra etarras. En la documentación reunida por dichos magistrados existen indicios de que servicios; de información españoles han tenido alguna relación con atentados en el sur de Francia contra terroristas de ETA.

Uno de los informes en poder de los magistrados, elaborado por la Comisaría General de Información española, revela la confesión de Giuseppe Calzona, presunto miembro de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), según la cual fue invitado por un neofascista italiano a participar en la guerra sucia contra ETA en Francia. Calzona fue advertido por su interlocutor de que el encargo procedía de alguien relacionado con el Gobierno español y que contaría con protección y facilidades a la hora de necesitar una nueva identidad.La colaboración entre los magistrados de los tres países surgió y fue impulsada por las comisiones rogatorias solicitadas por ellos en la investigación de diferentes procesos contra neofascistas, así como por el hecho de que la justicia italiana puede procesar a sus súbditos por delitos cometidos fuera de Italia.

Un informe de la policía judicial de Burdeos, fechado el 13 de junio de 1980 y enviado al Tribunal de Bayona, y en el que! se exponen diversos datos sobre atentados cometidos en el sur de Francia, afirma que "el armamento y las municiones utilizadas son frecuentemente de origen español, los miembros de los comandos utilizaban documentos de identidad españoles falsificados" y sus miembros son calificados de "buenos pagadores", ya que disponían de dinero líquido en abundancia".

En relación con el asesinato de Justo Elizarán, perpetrado el 13 de septiembre de 1979, en el informe de la policía de Burdeos se afirma que los casquillos de las balas muestran que procedían de la Empresa Nacional Santa Bárbara y su numeración indica que estaban en principio reservadas para el aprovisionamiento de las Fuerzas Armadas españolas.

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