Tokio y Pekín, partidarios de la presencia de España en la OTAN

El protagonismo que tendrán los temas económicos en este primer viaje de un presidente del Gobierno español a China y Japón no excluirá la reiteración de la identidad política entre España y las dos lejanas potencias asiáticas. Tanto China como Japón apoyan de modo más o menos expreso la presencia de España en la OTAN y en la CEE.En el caso de China, este apoyo ha sido abierto en lo que afectaba a la CEE. Deseosos de una Europa unida que sirva de contrapeso en el frente occidental de su vecina Unión Soviética, el régimen de Pekín ha venido insistiendo -desde su ruptura con Moscú, hace casi tre...

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El protagonismo que tendrán los temas económicos en este primer viaje de un presidente del Gobierno español a China y Japón no excluirá la reiteración de la identidad política entre España y las dos lejanas potencias asiáticas. Tanto China como Japón apoyan de modo más o menos expreso la presencia de España en la OTAN y en la CEE.En el caso de China, este apoyo ha sido abierto en lo que afectaba a la CEE. Deseosos de una Europa unida que sirva de contrapeso en el frente occidental de su vecina Unión Soviética, el régimen de Pekín ha venido insistiendo -desde su ruptura con Moscú, hace casi tres décadas- en la necesidad de potenciar a la CEE.

Durante la visita de los Reyes de España a China, hace siete años, los dirigentes chinos expresaron claramente su apoyo al ingreso, entonces postulado por España, a las Comunidades Europeas. Menos patente era, en cambio, su respaldo a la presencia de España en la OTAN, aun que, de hecho, este respaldo existe, basándose en las mismas premisas en que se cimentan los deseos de Pekín de fortalecer en lo posible la unión europea.

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Japón -país integrado políticamente por completo en la órbita occidental- comparte estos puntos de vista de China, aunque tanto en Tokio como en Pekín los formalismos diplomáticos aconsejan -al igual que en los países occidentales- considerar la integración española en la OTAN como un "asunto mera mente interno de España".

Por lo que respecta a la CEE, Tokio tiene razones más económicas que políticas para alegrarse del ingreso de España. La entrada en las Comunidades Europeas obligará a España a homologar sus trabas aduaneras frente a Japón con las menos impermeables de los países de la CEE. El ingreso en la CEE ha servido, además, para hacer cumplir las expectativas de los capitales japoneses, que se han dirigido prioritariamente a España durante los últimos años con vistas a facilitar su penetración en el Viejo Continente.

En la actualidad, España es el país de Europa en el que es mayor el volumen de las inversiones japonesas y también el país européo en el que los capitales japoneses han creado mayor número de puestos de trabajo. Este esfuerzo inversor ha sido hecho pensando en los mercados europeos que se abrían con la entrada de España en la CEE.

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