Demasiado tarde

Demasiado poco, demasiado tarde ("Too little, too, late"). La frase con la que definió a mediados de abril el obispo Desmond Tutu las decisiones reformistas de Peter Botha en materia social resuenan aún en los barrios surafricanos. El Gobierno de la minoría blanca perdió de nuevo, recientemente, una oportunidad para desbloquear una situación que es a todas luces prerrevolucionaria. Lo que ocurre ahora mismo en Suriáfrica no es el brote esporádico de un irredentismo negro reprimido en sangre, como en Sharpeville y Soweto, por la policía del régimen minoritario. Ahora se vive un Soweto y un Shar...

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Demasiado poco, demasiado tarde ("Too little, too, late"). La frase con la que definió a mediados de abril el obispo Desmond Tutu las decisiones reformistas de Peter Botha en materia social resuenan aún en los barrios surafricanos. El Gobierno de la minoría blanca perdió de nuevo, recientemente, una oportunidad para desbloquear una situación que es a todas luces prerrevolucionaria. Lo que ocurre ahora mismo en Suriáfrica no es el brote esporádico de un irredentismo negro reprimido en sangre, como en Sharpeville y Soweto, por la policía del régimen minoritario. Ahora se vive un Soweto y un Sharpeville todos los días, porque la protesta negra, que ha perdido sus complejos de inferioridad, no tiene marcha atrás. Cada día que pasa entre tiros, y estado de excepción es una concesión táctica más a los extremistas negros. 30 agosto

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